La ciudad y el verde

Una nación no puede considerarse civilizada si ignora el fundamental compromiso de tutelar la naturaleza, entendido como fundamento de la vida urbana. Debemos añadir que la conservación e incremento del verde no se refiere solamente a las exigencias dictadas por la vida biológica, sino también a ese algo que se aloja en nuestra interioridad y que atañe a una profunda necesidad de la vida psíquica. Lamentablemente la caótica situación urbana que estamos padeciendo debilita cada vez más la capacidad de evaluar el profundo daño infligido a nuestra vida interior como consecuencia de la alteración de nuestro ambiente urbano. No debemos olvidar guardando la distancia de rigor que la dignidad del pueblo inglés está fundamentada esencialmente en lo que estamos perdiendo día a día, o sea, el constante coloquio entre la edificación y el verde.Pensemos en el niño que vi ve hoy en los deprimentes espacios levantados sin planificación y sin fiscalización de la inversión: ¿qué mejoramiento de su personalidad consciente va madurando en él para su porvenir?, si todo lo que lo rodea contribuye a embrutecerlo en lugar de educarlo. ¿Podemos afirmar que en estas viviendas se está realizando un esfuerzo para mejorar la calidad de vida en espacios rodeados del saludable marco de la naturaleza? El verde no es sólo un elemento ornamental, es más bien un servicio público y, por ende, un componente inseparable del marco urbano. La conservación e incremento de las áreas verdes debe marchar a un ritmo sincronizado con la planificación de los conjuntos habitacionales. He usado la palabra debería porque ni siquiera los nuevos conjuntos habitacionales cumplen con ese requisito, que es insustituible en todas las planificaciones serias. El arquitecto y profesor Enrique Larrañaga acaba de afirmar que si se sigue construyendo sin planificación, no se dará una transformación revolucionaria sino una deformación arbitraria de Caracas. La política urbana de construir donde sea en cualquier terreno libre o en los estacionamientos, sin tomar en cuenta los requerimientos del sitio, la zonificación de usos, las ordenanzas municipales de los retiros, altura, porcentajes de ocupación, infraestructuras de los servicios, etcétera sólo producirá lo anunciado por Larrañaga: ¡una deformación! Las áreas verdes ni siquiera se mencionan. Por ahora no son prioritarias, aun cuando son las que más contribuyen a la mejor calidad de vida.En octubre de 1969 el maestro Carlos Raúl Villanueva y quien...

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