Amuay, seis meses después

Están dispuestos a contar a El Nacional lo que saben... con la condición de no revelar sus nom bres. Me pueden cerrar el local, dice uno. Yo no tengo miedo por mí, dice otro, pero hay pranes que hacen seguimiento a mi familia. La reunión tiene lugar en una panadería en el sector Santa Irene de Punto Fijo, estado Falcón. A pocos días de cumplirse un semestre de la tragedia de la refinería de Amuay, recojo testimonios acerca de las vivencias posteriores al siniestro. De pronto, se va la luz. En la penumbra contengo la respiración; me preparo para escuchar mentadas de madre y manotazos a las mesas. Pero no ocurre nada de eso. Para mi asombro, los parroquianos continúan en sus diálogos sin la más mínima alteración. ¡Están acostumbrados! En Punto Fijo, me explican con toda tranquilidad, hay varias interrupciones de energía al día. Sin programación. Sin aviso. Sin indemnización por las pérdidas. Simplemente, cesa el fluido eléctrico. Cuatro y cinco veces al día. Eso explica la abundancia de pequeñas generadoras de energía, emplazadas frente a los comercios en las avenidas del centro de la ciudad, que obstaculizan el tránsito en la aceras y generan contaminación sónica y ambiental, esto es, ruidos y olor a monóxido de carbono. Entre oscuranas y parpadeos de la iluminación, tomo notas. Var ios vecinos de la refinería que, asombrosamente, se ubica en una zona muy poblada confirman que días antes del siniestro, ocurrido el 25 de agosto del año pasado, percibían más olor a gas de lo que es habitual. Quien tiene el olfato hecho, nota las variaciones. Y en esos días el olor era tremendo. A seis meses del accidente, el pe or en toda la historia de Pdvsa y el segundo más grave del mundo en los últimos 25 años, no hay un informe confiable donde quede establecido el número de víctimas los voceros del Gobierno dieron cifras diferentes, todas inferiores a los 50 muertos; las causas del siniestro y los responsables, en el caso de que hubiera obedecido a fallas humanas; la magnitud de los daños a viviendas y comercios, ni el monto de la inversión necesaria para las reparaciones. A pesar de que, tanto el presidente Chávez como el ministro de Energía, Rafael Ramírez, aseguraron que se procedería inmediatamente a una indagación de los hechos, de esta no se ha sabido...

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