El arte de crear historias para niños

"Ven para que te cuente un cuento". Esta invitación que sale de los labios de una madre, un padre, un abuelo o una tía, suele ser irresistible hasta para el más inquieto de esos terremotos que llenan las casas de carreras y risas. Hay ingenuos adultos que creen que narrarle una historia al pequeño es una estrategia para mantenerlo cerca (o para abastecerse de unos minutos de paz), pero gente que se ha dedicado a trabajar con y para los niños, como el escritor y pedagogo italiano Gianni Rodari (fallecido en 1980) y cuya obra representó un relevante giro en la literatura infantil, opina distinto: "Ante todo, el cuento es para el niño un instrumento ideal para retener consigo al adulto. La madre está siempre ocupada, el padre aparece y desaparece según un ritmo misterioso, fuente de inquietudes permanentes (...) Con el cuento es diferente. Mientras dura, la madre está allí, toda para el niño, presencia durable y consoladora, dispensadora de protección y seguridad", dice el autor en su Gramática de la fantasía. "No podemos decir que el niño, al pedir un segundo cuento, una vez acabado el primero, está exclusivamente interesado en sus peripecias: tal vez sólo quiere prolongar lo más posible esa situación placentera, continuar teniendo a la madre junto a su cama, o sentada en el mismo sillón. Bien cómoda, para que no le den ganas de escapar demasiado pronto". Algo de esto debe saber la periodista venezolana Mireya Tabuas, autora de varios libros infantiles y juveniles, quien al hablar de lo que significa escribir para niños no deja escapar la oportunidad de recalcar la relevancia que tiene leerle un cuento a los niños antes de dormir. "Es un ritual muy íntimo, difícil de sustituir, estar con tu mamá o tu papá y que te lean", dice la escritora, cuyo libro Cuentos prohibidos por la abuela (Alfaguara 2009) acaba de ser incluido en la lista de honor de la organización International Board on Books for Young People, que elabora un inventario bianual de los mejores textos para niños y jóvenes. "Luego los niños se adueñan de ciertos libros, que los acompañan siempre, los tienen en su cuarto, los llevan para todas partes", dice quien opina que eso no lo logran los textos comerciales, sino aquellos relatos que les llegan al alma a los pequeños, ya sea a través de la risa o de las lágrimas. Fuente de letras. Saber de dónde salen esas historias que atrapan a los niños es inquietante. Pero como en todos los oficios, cada quien tiene su propia receta. "Yo no...

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