Asfixiar una democracia

La ro cambolesca operación sin orden judicial que terminó el jueves pasado con la captura del opositor alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, que incluyó derribo de puertas, saqueo de su despacho y tiros al aire ejecutados por una mezcla de encapuchados y agentes del Sebin, puede marcar un punto de quiebre en el rumbo de la revolución bolivariana.Maduro mantenía una fachada democrática, pero la voraz persecución contra la oposición y en especial contra el grupo liderado por el encarcelado hace un año Leopoldo López, el ahora detenido Ledezma y la carismática María Corina Machado, marca un dramático retroceso en el Estado de derecho del vecino país.Los agresivos métodos del grupo que se llevó a Ledezma se parecen a las operaciones ejecutadas por los comandos en las dictaduras de Argentina y Chile. Gracias a las cámaras de seguridad y a las redes so ciales el hecho no quedó en las tinieblas.Y es que Ledezma ha sido un hueso muy duro de roer para el chavismo, porque les ha ganado sucesivas elecciones a la alcaldía metropolitana de Caracas, y porque sus posiciones siempre han sido firmes y...

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