En Bolívar impera el uso de recursos del Estado en la campaña oficialista

Frente a la oficina de Pdvsa en Puerto Ordaz, seguidores del Partido Socialista Unido de Venezuela, congregados en un punto rojo, gritan consignas y reparten propaganda política a favor de la candidatura del presidente encargado Nicolás Maduro. En la recepción, un trabajador coloca en la cartelera una convocatoria a unirse a la campaña electoral, los coordinadores del comando del PSUV local entran a reuniones y la gerencia de Comercialización exhibe sin pudor afiches políticos del candidato y su antecesor, el ex presidente Hugo Chávez.En la parroquia Universi dad, integrantes del comando electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela, coordinan las actividades de movilización desde unas oficinas de la gobernación, donde funciona el comité de trabajo local de Ciudad Guayana. Y aunque en la torre Edelca, empresa absorbida por Corpoelec, no hay carteles, sus directores ya recibieron una orden del gerente general, para el 14-A: Deben poner a la disposición a la gerencia general de Prevención de Riesgos las unidades oficiales asignadas a las dependencias bajo su cargo, así como los choferes encargados de conducirlas, a partir de las 8:00 am del día viernes 12 de abril de 2013.En un gobierno serio, todo eso sería sancionado porque son prácticas que infringen la Ley de Procesos Electorales y la Constitución, cuando señalan que los funcionarios deben estar al servicio Estado y no de parcialidad política alguna, afirmó Yoel Castro, coordina dor del partido Electores de Bolívar. En un estado en el que las empresas básicas estatales son la principal fuente de empleos, es rutinario observar cómo vehículos y funcionarios son desincorporados de sus asignaciones para actos de proselitismo.En Bolívar Hugo Chávez ga nó el 7-O con una diferencia 58.762 votos, dominando en 7 de los 11 municipios. Aunque perdió, Henrique Capriles, obtuvo mayoría en los cuatro más poblados Piar, El Callao, Roscio y Sifontes. En la calle se duda de resultados similares.Esta vez la cosa está reñida, dice un desempleado frente a los portones de Alcasa. Es habitante de San Félix, bastión del chavismo duro y donde vive la mayoría de los trabajadores de las empresas básicas. José Morocoima, dirigente sindical de Bauxilum, coincide en ello y da un ejemplo de percepción de cambio en el electorado de ese sector. Antes, a los de la oposición nos tiraban piedras y nos cerraban el paso en sectores como Vista al Sol en San Félix. Pero ayer nos dieron la bienvenida. La gente ha perdido...

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