Bote de escombros de El Hatillo afecta afluentes del Guaire

El depósito de escombros emplazado en la vía principal de Caicaguana, en El Hatillo, amenaza el curso de al menos tres quebradas que desembocan en el río Guaire. Escombros, basura y otros desechos son descargados en el terreno autorizado por funcionarios de la alcaldía desde hace 3 años. El sitio tiene 20 años de funcionamiento para la disposición de escombros vegetales, pero los vecinos denuncian que otros materiales son lanzados por el despeñadero sin control ambiental. Montaña abajo, en el cauce de las quebradas Corralito, Tusmare y Prepo hay cabillas, plástico y restos de cemento que tapian la vegetación. Ambos cursos de agua arrastran la basura hasta el río Guaire donde desembocan. "Funcionarios de la alcaldía dicen que no tienen otro lugar donde poner los escombros y otorgaron el permiso. Ellos están conscientes del daño ecológico, pero no hay voluntad para habilitar otro sitio. Tengo 10 años aquí y recuerdo que era algo muy pequeño con escombros vegetales, pero ahora lanzan de todo", afirma Carolina Tapia, vecina. La práctica no sólo ha dañado el ecosistema. Los afectados denunciaron que en mayo y noviembre del año pasado, respectivamente, el botadero causó deslaves que perjudicaron las viviendas que se encuentran en la parte inferior.

Una de las habitantes de la zona, que pidió reservar su identidad, recordó que dos años antes, en 2009, una piedra de grandes proporciones cayó encima del techo de una de las casas y abrió un hueco de grandes dimensiones. Atribuyó el hecho al socavamiento del terreno. Indicó que los camiones desechan basura en la ladera y expiden olores desagradables constantemente. "Ese día los obreros que trabajaban en la construcción de la casa notaron un ruido extraño y cuando se apartaron cayó una piedra de gran tamaño. Otro día también cayeron rolas y troncos que dañaron las vigas de mi casa. El señor que vive más abajo perdió la mitad de su parcela por esos escombros. La alcaldía dice que construí ilegalmente, pero yo tengo todos los permisos otorgados por ellos", aseguró. Luego de los dos incidentes, la empresa que maneja el vertedero desplazó unos metros la zona de descarga para evitar otros daños a las viviendas, sin embargo, el deterioro ambiental continúa.

Frank Bracho, vecino del sector, calcula que los desechos se extienden 8 kilómetros más allá del sitio donde empiezan a caer y alertó que el desagüe de la planta de tratamiento municipal también socava la montaña. Bracho recuerda que la quebrada Corralito...

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