Buenas razones

No podía la Conferencia Episcopal Venezolana dejar de lado uno de los asuntos fundamentales de esta hora política, como lo es la amputación forajida de las facultades de la Asamblea Nacional por parte del gobierno militar. Desde Miraflores lo que se quiere y lo que se busca cada vez que la oposición avanza y conquista por el camino electoral nuevas zonas democráticas, es invalidar este avance por medio de la viveza y la argucia tracalera. Este es un comportamiento propio del lumpen que, como si estuvieran en un garito, cuando pierden sacan la pistola para llevarse el dinero.

Lo peor es que explican a sus seguidores este asalto a mano armada diciéndoles que actúan en nombre del pueblo, cuando en verdad lo hacen en función de sus propios intereses de camarilla militar, que en doce años no ha hecho otra cosa que engordar sus bolsillos a costa del bienestar de la mayoría de los venezolanos. Ha sido tal su labor de termitas hiperactivas que hoy el país está en la carraplana, como se puede observar cuando se viaja al interior de Venezuela y se nota el deterioro de las carreteras, de los puentes, de las calles y las cloacas, de las escuelas y los liceos, de los hospitales y las cárceles.

De manera que tiene toda la razón la Conferencia Episcopal Venezolana al quejarse públicamente de la fulana Ley Habilitante, fabricada a trancas y barrancas sólo para servir de escudo protector a un líder que ya no le basta con la acumulación indebida de poderes que ha tejido en esta década sino que, atemorizado por el avance electoral de la oposición democrática, trata de fabricar un castillo inexpugnable donde la ley no...

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