Cappelletti: un poeta filosofo.

AutorBelandria, Margarita

Angel Cappelletti pertenecio a una estirpe de academicos de la que en pie quedan muy pocos. Quienes tuvimos el honor y la suerte de conocer mas cercanamente a Cappelletti, fuimos realmente afortunados y pudimos constatar no solo la vocacion de poeta que habitaba en la fuerza de su sabiduria, sino darnos cuenta, ademas, de que este hombre fue una de esas rarezas con las que de vez en cuando la vida suele sorprendernos.

Como poeta, Cappelletti es casi un desconocido. Se le reconoce principalmente por su produccion hermeneutica de la filosofia greco-latina, entre otras, y como uno de los principales teoricos de la doctrina anarquista. Pero no muchos han advertido, de manera explicita por lo menos, la fibra de poeta sobre la que se apoyaba su aguda vision historica de los problemas filosoficos y el tratamiento de escalpelo al que eran sometidos para entregarlos luego plenos de vigor y armonia, ya fuese en sus libros o sus disertaciones en las aulas u otros foros.

Fue nuestro profesor, de varias asignaturas, en la primera cohorte de la Maestria en filosofia de la Universidad de Los Andes, cuando esta se inicio en el ano 1989. Y escuchar una leccion de Cappelletti no era penetrar de golpe en un rio turbio y escabroso; era, por el contrario, como unirse, desde la naciente, a un arroyo de aguas apacibles y cristalinas que se va haciendo mas profundo y transparente en la medida de su avance. Saliamos del aula de clase admirados y, algunos, ademas con la sensacion de haber escuchado algo semejante a una hermosa pieza musical; tal vez una sinfonia de Mozart.

De Angel Cappelletti conocemos varios libros de poesia, el primero de ellos publicado en 1959, titulado Versos de la razon oscura y despues le seguirian dos libros mas: Las bestias del tiempo y Natura naturata (1).

Desde Las bestias del tiempo, a la tragedia originaria de la existencia humana le lanza Cappelletti su mas concluyente desafio: >. Este es el ultimo verso de un poema que se llama "Erecta agonia". Este verso, lo repito: >, nos sugiere un acto de libertad personal, la decision de erguirse con el heroismo de sus propias fuerzas sobre las asperezas del mundo, sobre el determinismo, la fatalidad y la finitud humana. Pues, como nos dice en un poema de su libro Natura Naturata:

El mundo suena y confunde los confines de las cosas: nadie sabe donde acaba la arana, donde empieza la rosa. Este termino, Natura Naturata, nos remite de pronto al panteismo monista de Baruch de Espinosa, quien lo...

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