El manual de Carreño

¿Cómo los habrán educado? si es que cabe la palabra. ¿Qué daño les hizo quién y por dónde para que destilen semejante temor al sexo, al goce, al placer ajeno? ¿Cómo se fabrica un homofóbico, de qué desconfía, cuáles circunstancias lo llevaron a odiar a un sector de la sociedad sólo porque su tendencia sexual sea distinta, que es como se dice en este siglo, diputados Carreño y Cabello, a esos seres humanos que ustedes desprecian y llaman maricones.Maricones a quienes ustedes les deben mucho, diputados, al menos en el área estética, como eso de andar tan bien vestidos siempre, tan metrosexuales en su envoltura, tan gays en su debilidad por las corbatas Bulgari, los mocasines Gucci y los relojes Hublot, seguramente para esconder al machote que llevan debajo de aquella boloña de real. Porque fuera de eso, que hayan leído a Oscar Wilde o que sepan que Sócrates, Julio César, Alejandro Magno, Da Vinci o Miguel Angel fueron maricones, sería demasiado pedirles, tan ocupado como están cazando brujas y contratos.Me dice mi siquiatra favori to, Rómulo Aponte, que las discriminaciones de cualquier tipo son propias de actitudes arbitrarias y mentes dañadas por traumas tempranos. La actitud homofóbica corresponde clínicamente a un intento de compensar sus propios esquemas mentales de vulnerabilidad e incertidumbre que sufren en relación a su propia sexualidad...A diferencia de las fobias simples temor y evitación de cucarachas, truenos o aviones los homofóbicos temen, rechazan y discriminan a otras personas y esta discriminación tiene un importante impacto psicosocial por cuanto intenta negar y afectar derechos humanos inalienables para las personas, como su dignidad, su valoración personal, su autoestima y la respetabilidad y el aprecio que con justicia merecen por parte de toda la sociedad.Así como los blancos no son más sanos que los negros, ni los ricos son más valiosos que los pobres, los heterosexuales no son mejores ni más sanos que los homosexuales y tampoco los militares son mejores ni quieren más a su país que los civiles.Pero hurgando un poquito más allá de la psiquis de estos diputados para explicar las razones del bochorno que prota gonizaron, me encuentro con esta joya: Cabello y Carreño actúan como los Castro cubanos, sólo que con 40 años de atraso. En 1965, dos años después de haber atacado a los gays en su discurso del 13 de marzo de 1963, Fidel Castro...

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