Las carreras de largo aliento de Lago Baroni

Las carreras largas, exigentes y con desniveles topográficos no son para cualquiera. Ni siquiera para los que se jactan de lograr proezas numéricas en renombrados maratones. Lago Baroni lo tiene claro desde que se dedicó al ultramaratonismo, carreras de montaña en las que recorre distancias superiores a los 42 kilómetros y cuyo recorrido plano es casi un imposible, dadas las características propias de los terrenos elegidos para las competencias. Los ultramaratonistas son una exótica mezcla de montañista con corredor que Baroni sabe representar fielmente. Su contextura delgada, que podría interpretarse como débil, es su mejor recurso físico, mientras que su personalidad aparentemente introvertida juega a su favor en los momentos en los que se halla en medio de la naturaleza, no solamente compitiendo con otros corredores, sino consigo mismo. Desplazarse 80 kilómetros de manera consecutiva e ininterrumpida tiene sus bemoles físicos y mentales. Una mala jugada de sus propios pensamientos puede sacarlo de la competencia con más facilidad que el acecho de un competidor cercano. Pero Baroni, que ya ha participado en tres competencias de este tipo, sabe qué esperar en estas circunstancias. Maratones mentales. La familia Baroni llegó a Caracas procedente de Valencia cuando el futuro deportista tenía apenas cinco años. Desde entonces se le inculcó la pasión por la montaña y los deportes. El Ávila, los parques caraqueños y su participación en múltiples disciplinas como el surf, béisbol, básquet, paintball y ciclismo formaron al atleta que Lago es hoy en día. Su incursión en los ultramaratones la descubrió hace cuatro años, cuando vio un video de esta disciplina en un festival de deportes extremos y supo cuál era el siguiente paso en su carrera deportiva: "Mi primer ultramaratón fue en 2010, el Gran Trial de Peñalara, en islas Canarias. Fueron 110 kilómetros de recorrido. Por ser una modalidad distinta para mí, me preparé un año completo antes de competir. Me fui un par de veces hasta el estado Vargas a recorrer desde Chichiriviche de la Costa hasta Puerto Maya ida y vuelta, de noche. En total, fueron 60 km y me sentí de maravilla.

Antes había corrido un máximo de 30 km y me sentía muy bien. Me fui a España y allí estaban otros venezolanos como Yanis Povea, Gersi Tarazona, Armando Cisneros, Ramón Blanco. Fuimos los únicos latinoamericanos. Terminé la carrera con una lesión en la entrepierna, tenía unas ampollas que no me permitían caminar bien pero no...

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