Casa tomada

El Banco Central de Venezuela fue durante mucho tiempo una institución de excelencia. Sus directivos eran generalmente figuras civiles con una gran auctoritas.Lo que permite decir que el nombramiento del general Marcos Torres como su nuevo director no es un oscuro augurio de decadencia sino un hecho cumplido, la evidencia fehaciente de cómo, sin eufemismos ni simulacros, Venezuela va siendo tomada por un gobierno militar.Se trata de una vuelta al pa sado. A la situación de la que, ilusamente, alguna vez creímos que nos habíamos liberado para siempre la madrugada feliz del 23 de Enero de 1958 cuando por el cielo de Caracas todos vieron huir a quien se suponía era el último dictador y jefe de un gobierno militar venezolano.No era cierto. Los militares han regresado al poder y ocupan hoy los puestos más importantes del gobierno. Y los pocos civiles que van quedando en puestos claves adoptan actitudes militares. Maduro, el espurio, exhibe cada vez con más frecuencia camisas que remiten a los uniformes verde oliva. La dirección superior del PSUV ahora se autodenomina alto mando, como se ha llamado siempre en Venezuela la jefatura militar.El presidente de la Asam blea Nacional es un militar con grado de teniente y actitud pendenciera que ha convertido el Parlamento en un cuartel en donde se violan los derechos y se apalea a la vis ta de todos a los legisladores no oficialistas. Igualmente un militar es el ministro de Interior, Justicia y Paz, el general Rodríguez Torres, quien se encargó de enfrentar las protestas populares que empezaron en febrero dentro de un esquema represivo de guerra asimétrica, ocupando ciudades y persiguiendo civiles con despliegues de tropas armadas con tanques y fusiles de alta potencia.Vielma Mora, el goberna dor del estado Táchira, el lugar donde comenzó la revuelta popular de febrero, al igual que otros diez gobernadores oficialistas, también es militar.Y militar fue su respuesta a las protestas de los estudiantes.Tomó a tres presos y los mandó a una cárcel de Falcón, un estado distante, para que fueran enjuiciados lejos de sus familias y hogares, encendiendo así la chispa de protestas violentas que lo...

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