Los chavistas son más autónomos en elecciones regionales

El libro que encabeza la pila de lecturas pendientes en el escritorio de Oscar Schemel se titula El gran manipulador: la mentira cotidiana de Franco, de Paul Preston. Es una biografía del dictador que busca desentrañar su obsesión por controlar la imagen que ofrecía al mundo. Un tema que sin duda apasiona Schemel, especializado en los últimos años en estudiar los cambios políticos, sociales y culturales ocurridos en Venezuela a partir de la llegada de Hugo Chávez al poder, así como en las dimensiones de su liderazgo. La encuestadora que dirige, Hinterlaces, fue una de las que acertó las proyecciones sobre los resultados de las presidenciales del domingo. En uno de sus 2 escenarios Chávez ganaría con 10 puntos de ventaja, 55% a 45%. Así fue. La oposición no ha logrado todavía construir una identidad social y política, por eso la mayoría de quienes votan por la oposición lo hacen en contra de Chávez y no a favor de una propuesta o un candidato. Cuando no está Chávez en juego, la oposición tiende a dispersarse. Es Chávez quien les da identidad, sostiene. --¿Quiere decir que la oposición perderá cohesión y oportunidades de cara a las regionales? --El impacto de las presidenciales en las regionales dependerá de que la oposición mantenga el entusiasmo en sus seguidores y de que el oficialismo logre reproducir el efecto triunfalista del 7 de octubre. Buena parte de los chavistas son más racionales, independientes y autónomos en las elecciones regionales. Son leales al Presidente, pero pueden votar en su contra o abstenerse cuando no están de acuerdo con sus propuestas o candidatos, tal como ocurrió en la reforma constitucional, en las regionales de 2008 o en las legislativas de 2010. --¿Por qué Chávez sigue ganando elecciones después de 14 años en el Gobierno? --Varias razones: el chavismo se ha convertido en una nueva cultura política popular; el respaldo al modelo de inclusión es tal que el mismo Henrique Capriles clonó el modelo y propuso hacerlo más eficiente. Chávez se comporta como un líder religioso al que se le perdona todo; la oposición contó equivocadamente con la no participación del Presidente en las elecciones. Además, la agenda discursiva de Capriles fue dispersa: hoy era el progreso, mañana la inseguridad, luego el empleo, después el futuro, después las misiones; no hubo una idea que sellara la relación con la gente. Por último, la oposición sigue despreciando la dimensión religiosaemocional del liderazgo del presidente Chávez...

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