Clase magistral... de adulación

Sería interesante que el presidente Chávez cumpliera con su oferta de publicar el discurso del magistrado Arcadio Delgado Rosales, pronunciado el martes, con ocasión de la apertura del año judicial, que el primer mandatario calificó de clase magistral. Una eventual difusión masiva expondría la citada pieza oratoria al escrutinio de expertos. Asdrúbal Aguiar, doctor en Derecho summa cum laude, por ejemplo, difiere del Presidente. A Aguiar, la perorata de Delgado, suerte de tienda intelectual por departamentos en la que todo cabe, le da risa. En una rápida lectura Âme dijo tras enviarle una trascripción del discurso aprecio que quien lo redacta reunió informaciones parciales en Internet, pero no logra ordenar, ni digerir ni fijar contextos a los autores a quienes alude. Y muestra una ignorancia ramplona sobre la historia, a pesar de que intenta usar ésta como el dominante que ata al Derecho y la política. No existe para él, siquiera, el deber ser o la idea metapolítica de la perfectibilidad del ser humano. En fin, un verdadero pasticho. Entre los diversos autores cita dos por Delgado llaman la atención dos: Carl Schmitt, quizá la principal referencia del discurso, y su propio padre, José Manuel Delgado Ocando. A la obra de Schmitt se debe la arquitectura del Estado fascista totalitario: su doctrina es reconocida como uno de los basamentos ideológicos sobre los que se fundó el nacionalsocialismo, que adhirió en 1933. El realismo jurídico de Carl Schmitt fue la teoría político-jurídica que justificó el ejercicio de poderes ilimitados por parte del Tercer Reich, y es, por tanto, incompatible con los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho. La visión política de Schmitt niega el pluralismo, los acuerdos, la convivencia: sólo vale derrotar al enemigo y someterlo. No hay protección a las minorías políticas, étnicas, sociales; y no existe el Tribunal Constitucional para controlar judicialmente al Gobierno y al Legislativo. Por su parte, el ex magistrado Delgado Ocando considera la democracia cursi o kitch. Según Luis Alfonso Herrera Ore llana, abogado summa cum laude y licenciado en Filosofía por la UCV, lo que hizo Delgado Rosales fue repetir las ideas de su padre, verdadero cultivador de las afirmaciones...

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