Conciliar o enconar

La crisis venezolana es ya tan conocida que muchos piensan que seguiremos navegan do por estas tristes circunstancias sin llegar a ver el final que usualmente tienen los regímenes populistas cuando colapsan.Hoy vivimos una profunda crisis en casi todos los aspectos de la vida ciudadana, la cual constatamos al abrir algún pe riódico que no sea del régimen y leer historias cotidianas que relatan las tristes experiencias alrededor de robos, hurtos, inflación, escasez, falta de alimentos y las demás condiciones lamentables que vive la castigada población.No se requiere mucho estu dio para concluir que la crisis tiene al menos tres grandes vertientes: la institucional, la económica y la de inseguridad.Comenzar a resolver cualquiera de ellas pasa por la necesi dad de crear un acuerdo entre gobierno y oposición para establecer y respetar la hoja de ruta que busque lograr metas previamente acordadas. Es de resaltar que el entendimiento es esencial para evitar la conversión de esfuerzos en fuentes de nuevas crisis. El reconocimiento a los integrantes de los equipos mediadores es primordial, no deben ser personas cuya vinculación partidista desvirtúe su conducta, tampoco tecnócratas cuya soberbia se pare las realidades aceptables de las quimeras teóricas.La complejidad de cada una de las crisis venezolanas nos impone la paciencia social como condición inapelable, ninguna solución podrá ofrecer resultados de impacto inmediato, desconocer esto sería caer de nuevo en la tragedia del populismo.Un diálogo serio con el único propósito de remediar la trágica situación actual, y devolver...

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