Instrucción pública y construcción del disciplinamiento social en Maracaibo (1830-1850)

AutorMagdes Vera Monzant; Reyber Parra Contreras
CargoUniversidad Católica Cecilio Acosta Universidad del Zulia Maracaibo-Venezuela magvera_7@hotmail.com; reyberparra@hotmail.com
Páginas24-42

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1. Introducción

La definitiva desintegración de Colombia en 1830 exigió de la dirigencia gubernamental venezolana la concreción de esfuerzos a fin de alcanzar el control de Venezuela. Para el logro de este propósito no era suficiente el uso de la fuerza: se requería penetrar en los espacios públicos y privados, en la cotidianidad del ciudadano; sobre el cual debían modelarse los comportamientos y valores que estuvieran en sintonía con el orden republicano y el sistema capitalista. La escuela tuvo, al respecto, una participación estelar en la formación del nuevo ciudadano:

"Nunca serán demasiadas las medidas que se tomen para propagar cada vez más y más la instrucción primaria. Ella no es sólo interesante como base de la instrucción científica, sino porque difundida en la masa de los pueblos contribuye poderosamente a mejorar su estado moral e industrial. La ignorancia de las primeras letras mantiene a los pueblos en tal degradación y embrutecimiento, que incapaces de pensar por sí mismos, y de discernir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, y la verdadera dignidad de su ser, sirven como de máquinas o ciegos instrumentos a la ambición y a los partidos. Y como estos son más frecuentes y peligrosos en las repúblicas, es en ellas precisamente donde los cuidados del gobierno deben con más empeño aplicarse a generalizar [sic] los primeros elementos del saber" (Editorial. Instrucción primaria, 1838). Page 25

En el presente trabajo de investigación se analiza el disciplinamiento social que desde la instrucción pública primaria intentó implementarse en la provincia de Maracaibo, específicamente durante los años posteriores a la desintegración de Colombia.

Desde el punto de vista teórico, la investigación partió de los planteamientos de Foucault (1992, 1998) en torno al poder y el cuerpo, donde la dimensión corporal de los individuos hace viable la vigilancia y el disciplinamiento, experiencias que son vinculadas por el referido autor con la vivencia cotidiana del poder, que se abordará en este estudio desde la realidad escolar de Maracaibo entre los años 1830 y 1850.

En lo que respecta a la orientación metodológica, en este trabajo se aplicaron las operaciones analíticas que conforman el método histórico, lo que permitió identificar los hechos y analizar la interrelación de éstos. De igual manera, se hizo seguimiento a la procedencia y veracidad de las fuentes primarias; conformadas por testimonios documentales localizados en el Archivo Histórico del Zulia (AHZ), específicamente reglamentos de instrucción pública, comunicaciones, decretos, memorias y publicaciones hemerográficas.

2. Cuerpo, poder y disciplinamiento

Para Foucault (1992, 1998) los individuos se encuentran inmersos en una serie de dispositivos de control que inciden en los comportamientos de éstos; desde el hogar, la escuela y demás espacios para la interrelación humana 1, se desarrolla una cotidianidad de dominación o control donde el cuerpo queda reducido a objeto. Incluso, señala Foucault (1992: 120) que, "el individuo, con sus características, su identidad, en su hilvanado consigo mismo, es el producto de una relación de poder que se ejerce sobre los cuerpos".

El cuerpo es el punto de partida y de retorno de las miradas: la vigilancia representa un mecanismo de control que puede funcionar más allá del orden jerárquico o de mando. Así, hay un ejercicio de vigilancia del docente hacia los alumnos, de éstos hacia aquél y entre ellos recíprocamente. Según Foucault (1992: 119) "cada uno es en el fondo titular de un cierto poder y, en esta medida, vehicula el poder".

En consecuencia, el poder fluye reticularmente, encausando a los individuos hacia el cumplimiento de las normas o comportamientos que han sido aceptados como válidos y "normales". Cuando surge la transgresión entonces el poder se expresa en castigo dirigido al transgresor, a aquel que debe ser disciplinado a fin de incluirlo en el orden establecido. Page 26

Disciplinar es, entonces, encausar conductas, hacer dócil al individuo. El disciplinamiento consiste en "métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les impone una relación de docilidad-utilidad" (Foucault, 1998: 141).

La escuela, al respecto, actúa como mecanismo disciplinario basado en la vigilancia, donde desde temprana edad se encausa al niño mediante el binomio castigo-recompensa, para de esta manera perseguir la formación de hombres y mujeres útiles y dóciles a la estructura económica y política establecida.

3. Planes de estudio, métodos de enseñanza y dispositivos disciplinarios

En 1834 se emite en Venezuela un Decreto para el establecimiento de escuelas primarias y su reglamento de funcionamiento, donde se especifican como asignaturas de estudio: lectura y escritura, reglas elementales de aritmética, compendio de la gramática y ortografía de la lengua castellana, doctrina cristiana, fundamentos de la religión, las máximas de la moral, principios de urbanidad y cortesía práctica.

Para 1838 las asignaturas se mantienen con las siguientes variantes: se agrega a la preparación de los niños el estudio de la constitución del Estado, de las primeras reglas de aritmética con respecto a números enteros, denominador y regla de tres; se establecía una diferencia entre estas asignaturas y las que tomarían el grupo de niñas que sólo abarcaría: lectura, escritura, operaciones básicas de matemáticas, gramática y ortografía castellana, labores propias de su sexo, educación religiosa y moral. En el caso de las casas de enseñanza o cantorales 2 se reglamentaba: compendios más extensos de gramática, ortografía castellana y geografía, urbanidad y moral; elementos de aritmética integral, decimal, comercial; la cubicación, la geometría práctica, el catecismo industrial, economía, catecismo de agricultura e historia moderna (Decreto para el establecimiento de escuelas primarias y casas de educación, 1838).

El Reglamento de instrucción primaria de 1847, en su artículo dos, indicaba las materias de enseñanza para las escuelas principales, entre las cuales destacan: lectura y escritura, aritmética, dogmas de la religión y moral cristiana, urbanidad, economía social y doméstica más principios de gramática castellana. Mientras que para las escuelas femeninas se dispuso la enseñanza de: lectura y escritura, aritmética, religión y moral cristiana, urbanidad, prácticas de labores propias del sexo, dibujo natural, elementos de gramática castellana y elementos de geografía universal que comprendía Page 27 cosmografía, geografía física y política; y para las escuelas auxiliares se anexan, además de las contempladas en las principales, todas aquellas que promuevan el desarrollo industrial mediante el conocimiento práctico, como el dibujo lineal aplicado a la carpintería, albañilería y arquitectura.

En opinión de Beatriz González (1995), el proyecto de nación y ciudadanía que se produce con la ruptura de Colombia estuvo dirigido a modelar los grupos sociales por medio de normas que fueron recogidas en textos como las Constituciones, las gramáticas y los manuales de conducta, pues cada uno de ellos representaba una modalidad particular del disciplinamiento del aparato de vigilancia que concretaría el control social anhelado por la clase dirigente.

Un ejemplo del disciplinamiento se encuentra en los manuales de urbanidad y moral que guiaban la enseñanza de las relaciones sociales, los cuales perseguían la paz y el orden que debían distinguir al hombre "civilizado".

El Manual de urbanidad y buenas maneras de Carreño es un ejemplo del interés que existía por la asignatura de urbanidad, y representó una guía-modelo diseñada para ajustar la compostura ciudadana en un proceso de construcción de las nuevas identidades colectivas.

"Nuestros deberes para con el público están todos refundidos en el respeto a la sociedad y a la opinión. Respetando a la sociedad nos apartamos de todo acto que pueda profanar sus fueros, turbar la paz de las familias, o llamar la atención general de un modo escandaloso; respetando la opinión, nos adaptamos a los usos y prácticas sociales del país en que vivimos, nos armonizamos con las modas reinantes, ajustamos nuestra conducta moral al espíritu de verdad y de justicia que existe siempre con el criterio público el cual nos sirve como de faro en medio de los escollos de que está sembrado el mar de las pasiones, y nos aprovechamos, en suma, de todas las ventajas que ofrece el hábito de contemporizar con las convenciones sociales, de que la opinión es el hábito supremo" (Carreño, 1977: 433).

De esta manera, se encauzaba a los más jóvenes a respetar las principales reglas de civilidad y etiqueta, que debían observarse en las diversas situaciones sociales de la vida, tanto en espacios privados como públicos, logrando modelar las conductas a través de una normativa de estricta e intachable conducción moral.

El sistema de instrucción de la época fue ideado por los sectores de poder, quienes perfilaban un proyecto de construcción de la nación mediante el cumplimiento de códigos culturales que perseguían la formación Page 28 de un modelo de ciudadano, "aquel que calla, que no discute, que no ve al otro (...) El Estado en su proyecto de formación nacional necesita de estos ciudadanos dóciles, reprimidos, prisioneros bajo las máscaras de la urbanidad, de las buenas maneras" (González, 1995: 447). Cumplir con estos principios de disciplinamiento representaba la garantía para alcanzar la "entrada al reino de la civilización, que equivale al ascenso social y al éxito en los negocios".

Otro mecanismo para encauzar o modelar las conductas ciudadanas estuvo dado por las asignaturas técnicas, donde se...

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