Convertidos en cementerios los muelles expropiados en el lago de Maracaibo

La barcaza Nathaly ya-ce fuera del agua. Sus mejores años pasaron a la historia. Oxidada, junto a ella se acumulan la basura, los restos de otras embarcaciones y equipos inservibles. El calor y la humedad completan un cuadro que se deterioró a pasos agigantados desde el 8 de mayo de 2009 en la madrugada, cuando el Ejército y la Guardia Nacional Bolivariana tomaron por orden del presidente Hugo Chávez las propiedades de 73 contratistas encargadas de administrar los muelles y diques de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y prestar servicios de transporte y mantenimiento a Petróleos de Venezuela.Aunque Rafael Ramírez, pa ra aquel entonces ministro de Energía y Petróleo, aseguró que pasarían a manos del gobierno 39 terminales y muelles, 5 diques astilleros, 300 lanchas, 30 remolcadores, 30 gabarras y 61 lanchas de buzos, la realidad fue otra. El informe de gestión de Pdvsa de ese año especificó que se nacionalizó la actividad de 914 equipos y 34 muelles. El Estado ahorró 672,4 millones de dólares al año, que era el monto de los servicios contratados.En 2009 se concretó además la contratación de 8.316 trabajadores a través de la nueva filial Pdvsa Operaciones Acuáticas.No hay lanchas ni barcos, tampoco remolcadores funcionando. De la actividad en el lago por la madrugada solo queda el recuerdo, afirmó el secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros del Zulia, Germán Cortéz.Las grúas están paralizadas, las gabarras y montacargas los convirtieron en chatarra para fundirlos. Los embarcaderos no existen. También acabaron con el movimiento sindical, enumeró el dirigente.Informó que los trabajadores son los que reparan los pocos barcos que aún quedan porque sino los dejan sin trabajar. Se movilizan en lanchas sin luces, sin bombas de achique, con un solo motor.El dirigente sindical Audio Soto señaló que de las 300 lanchas y los 120 barcos expropiados ninguno está operativo.Ni remolcadores ni gabarras.Decenas de ambulancias y camionetas quedaron arrumadas y se volvieron chatarra. El deterioro también alcanzó los servicios de educación y salud.Quitaron la comida de las escuelas de Pdvsa. Tampoco hay planes vacacionales. A las clínicas hay que llevar los insumos porque no tienen ni agujas ni gasas. La clínica San Antonio, en Ciudad Ojeda, cerró varias áreas porque no cuentan con material médico.Soto, secretario general de la Unión Sindical de Trabajadores de la Industria de Hidrocarburos Petroquímicos y Similares, denunció en 2008 a...

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