Corrupción en la cima

El advenimiento de una política económica más liberal en China ha derivado en importantes ventajas para ese país, pero también ha comportado distorsiones de envergadura. Algunos analistas locales sostienen que la corrupción rampante en los círculos del poder tiene su origen precisamente en la occidentalización china y en la adopción del modelo de desarrollo liberal y progresista. ¿Es posible endosar al proceso de liberalización económica los pecados que se han vuelto asunto corriente en los círculos de poder? Un hecho incontestable es que la inequidad en China es muy superior a la de cualquier economía grande del planeta y que buena parte de la riqueza que genera el país se concentra en las manos de pocas familias. Pero es que cada día se hace más evidente que son justamente los círculos cercanos a los más poderosos políticos los que exhiben holgadísimas posiciones económicas. Lo que ocurre es que en la última década se ha impuesto una absoluta lenidad en la aplicación de reglas y normas de probidad que sí son exigidas taxativamente al resto de la sociedad, y la administración correcta del poder se ha vuelto una disciplina difícil de introducir cuando la rendición de cuentas no es una práctica corriente. Los excesos son frecuentes no sólo en el terreno de la acumulación de dineros mal habidos, sino en la administración de justicia. Un reciente hecho que involucró estas formas de distorsión del poder Âtráfico de influencia, enriquecimiento ilícito, falta de independencia judicial y violación de derechos humanos puso de bulto frente al público la preocupación creciente en los círculos altos de manejo del Estado y del Partido Comunista por el afianzamiento subterráneo de la corrupción. Bo Xilai...

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