Un crucero en tren por la costa cantábrica

El Transcantábrico integra la lista de los cinco trenes más lujosos del mundo. Recorre Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco -también hace el trayecto a la inversa- en ocho días y siete noches, y lleva a sus pasajeros a la playa de Las Catedrales, en la costa lucense, al Parque Nacional Picos de Europa, el único del país que pertenece a tres comunidades autónomas distintas -Cantabria, Asturias y León- y un recorrido por el desfiladero de La Hermida, una garganta angosta formada por el cauce del río Deva, cuyas paredes de caliza están a más de 600 metros de altura. También visitan la cueva de Altamira, la Universidad Pontificia de Cantabria y el Museo Guggenheim, degustan ingredientes y platos típicos de las localidades que visitan, 18 en total, y duermen y desayunan en el tren, que se detiene en la noche para no perturbar el sueño de sus pasajeros. Todos los desayunos se hacen en el vagón comedor, a partir de las 8:30 am. Se elige de un buffet -cereales, frutas, bollería, jamón ibérico y quesos y dulces de la región por la que está de paso-, y de una carta que incluye huevos, panquecas, sándwiches y canapés, de salmón y de caviar.

Por Galicia. Los que salen desde Santiago de Compostela se reúnen en el Hostal de los Reyes Católicos que, junto con la catedral del apóstol, el Palacio de Rajoy y el Colegio de San Jerónimo, integra la Plaza del Obradoiro, corazón de la capital gallega. Se despiden una semana más tarde en San Sebastián. La primera visita guiada del itinerario es por la catedral de Santiago y sus alrededores; después se celebra el primer almuerzo en grupo en el hostal y luego los pasajeros suben al autocar que acompaña al tren durante todo el recorrido para ir a Ferrol, estación desde donde parte el Transcantábrico hacia Viveiro. En la villa medieval, amurallada hasta el siglo XVIII, la visita comienza en la puerta de Carlos V -una de las ocho que tuvo- que conduce al mar; sigue por la que se conoce como El Balado, que va hacia la montaña y llega a la masía Santa María del Campo. Cerca hay una réplica pequeña del Santuario de Lourdes. La primera cena es en el restaurante Louzao, que ofrece Albariño para acompañar percebes, nécoras, centollas y cigalas, con tinto Rioja Reserva para el lomo de merluza con ajada y fondo de patatas. Después, delicia de almendra caramelizada y queimada con esconxuro. Esa noche se pasa en Viveiro y sale temprano a Ribadeo. El mayor atractivo es la playa de las Catedrales, con acantilados que...

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