Niños y demagogia

El Presidente acaba de descubrir que en el país donde él manda hace 12 años existen niños que viven en pobreza extrema. Sería interesante que descubriera también cuántos de sus colaboradores (ministros, gobernadores, diputados, gerentes de Pdvsa y las empresas de Guayana, así como generales y jefes de los cuerpos de seguridad del Estado) viven humildemente. Lo que debe hacer el mandatario nacional no es salir a repartir por allí unas limosnas entre los pobres que sobreviven en Venezuela, sino investigar a la mafia de millonarios bolivarianos que han acumulado fortunas gracias a su militancia en el partido de gobierno, a sus contactos con los grandes contratistas de Brasil, Rusia y China, sin contar con los peronistas que desde Argentina y los sandinistas desde Nicaragua, le roban a los niños pobres y a la gente de los barrios los recursos que los altos precios del petróleo han significado para las arcas venezolanas. Ahora sale el Presidente a prometer que, con una limosna mensual de 100 dólares, moneda del imperio, va a solucionar lo que su gobierno no ha podido resolver en esta larga década de demagogia y mentiras. Porque no existe duda alguna de que los venezolanos en extrema pobreza ya no pueden ser justificados por los errores de la cuarta república. La pobreza que hay hoy es por causa de un régimen que se prolonga años tras años sin dar respuestas a las necesidades de los sectores más paupérrimos.

Ya la gente del pueblo sabe que su hambre, su falta de atención médica, de salud y de protección policial se debe a que, desde el Gobierno, operan mafias oficialitas que...

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