Los derechos no se negocian, se reclaman

El próximo día 10 se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos. Para los venezolanos no habrá celebración sino luto, congoja, mucha indignación. Parte de la llamada oposición, que se considera a sí misma democrática, negocia nuestros derechos con la dictadura, preferentemente sus derechos político-electorales.Lo cierto es que, aparte el absurdo de negociar lo que es innegociable, pues integra el orden moral y el orden público internacional y constitucional y que no solo es elemento esencial de la experiencia de la democracia que se le debe exigir bajo presión y amenazas de castigo a quienes los violan de manera sistemática, en Venezuela no ha quedado en pie un solo derecho. Y era predecible, desde cuando se deja imponer el país la Constitución de 1999, cuyo texto muda los derechos de la persona en concesiones graciosas o dádivas que a su arbitrio otorga el Estado.En suma, a manera de memo ria, para cuando ella sirva o resulte útil, he aquí lo que salta a la vista al cierre de 2017, sin esfuerzos de indagación acuciosa, omitiéndose incluso otros aspectos, pues se trata solo de ejemplificar.No hay derecho a la personali dad jurídica mientras exista un carnet de la patria para ejercer derechos, situando a quienes no lo tienen en la condición de muertos civiles, al paso, sin derechos para tener derecho de reclamar los derechos interna cionalmente. No hay derecho a la vida. 28.479 muertes violentas ocurren al cierre de 2016, y en 2017 son asesinados más de un centenar jóvenes por protestar contra la dictadura.No hay derecho a la integri dad personal. Los miles de detenidos por las protestas, según Human Rights Watch, fueron sometidos a golpizas y torturas por los esbirros del régimen.Hay esclavitud y servidumbre, tanto que el dictador aparece en la lista negra de Estados Unidos por facilitar el tráfico de personas, a lo que se le suma el haber expulsado a parte de su propia población por la hambruna e inseguridad, víctima hoy del tráfico de migrantes. No hay derecho a la libertad personal.Tenemos 645 presos políticos certificados por la Organiza ción de Estados Americanos.No hay garantías judiciales ni protección judicial efectiva, tanto que el Tribunal Supremo de Justicia lo preside un criminal, y a los civiles, por protestar, se les somete impunemente a tribunales militares. Porque tampoco rige el principio de legalidad como derecho. De allí que se haya instalado reconocida por una parte de la oposición democrática una asamblea...

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