El desnudo genera encanto, pudor y taquilla

D esvestirse en privado es costumbre, pero hacerlo en público es un arte.Los actores de teatro lo saben. Ellos conocen muy bien las diversas reacciones que causa su desnudez en el público: algunas personas abren los ojos de asombro, hay quien se tapa la cara por pudor, los que ríen tímidamente en complicidad con su pareja y también están los que siquiera parpadean porque están concentrados en la obra.Escandaloso o natural, la fas cinación del hombre por su anatomía está presente en todo tipo de manifestaciones artísticas.¡Oh Calcuta! de Kenneth Ty nan y Camisetas de Patrick Sheridan fueron algunas de las piezas que abrieron camino a la estética que plantearon en la década de los años sesenta directores como Carlos Giménez en Tu país está feliz. Hoy en día la exploran creadores como Dairo Piñeres en Sombras del sexo y Luis Fernández en Despertar de primavera.Cada uno está interesado en darle una connotación al desnudo, con el que se puede expresar naturalidad, vulnerabilidad o erotismo. En las obras de Fernández su uso es recurrente. Los temas que me interesan como espectador, director y actor suelen ser complejos y perturbadores. Me interesan las historias humanas que dejan algo al debate y al pensamiento crítico. Con frecuencia, estas historias tienen momentos muy íntimos de los personajes que a veces incluyen un desnudo circunstancial, una escena de sexo o una masturbación, que es lo que hacemos en nuestras vidas continuamente.Si la historia tiene eso, pues lo tiene, señala.Piñeres siempre ha estado interesado en la anatomía humana. Considera que en la ejecución del desnudo desempeña un papel fundamental la conjunción de otros elementos.Es importante cuidar la plástica, la luz, la música. El espectador está siendo estimulado y hay que saber crear una atmósfera para que el desnudo mantenga un sentido y no sea abrupto.Ambos coinciden en que el guión de la obra da ciertas directrices, pero es su visión la que predomina. La obra o el guión plantea una historia. El director decide cómo contarla. Si vas a hablar del despertar sexual, como en Despertar de primavera, o de una `reafirma ción de género’ como en el caso de la película Tamara, sería cobarde y pacato por parte del director y de los actores no mostrar ese despertar sexual o ese `género’ alrededor del cual gira toda la historia. Eso es decepcionante. Me formé en los años noventa con grupos como el Theja y Rajatabla. El desnudo era normal si la historia lo exigía. No era un tema de...

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