¿Diálogo o confrontación?

En medio de una de las peores crisis económicas de las últimas décadas y una lucha política que amenaza la estabilidad del sistema, 167 diputados aunque 4 proclamaciones están suspendidas provisionalmente por el TSJ asumirán su curul el próximo martes para iniciar las sesiones del período 2016-2021 de la Asamblea Nacional. Llegan con una misión difícil entre sus manos: encontrar soluciones a una de las situaciones más complejas que se han registrado en toda la historia contemporánea de Venezuela.El éxito que cosecharán los parlamentarios en su tarea bien podría depender de un debate interno que se está dando en cada bloque político de manera pública y privada desde el 7 de diciembre y que se agudizará una vez que se instale el nuevo Parlamento: se apuesta al diálogo entre adversarios, para resolver la crisis económica, o a la confrontación abierta entre enemigos, para promover un cambio político.El análisis es complejo debido a que los dos grandes bloques se subdividen en facciones distintas que presionan a favor de una u otra dirección, lo que dificulta la posibilidad de lograr un acercamiento equilibrado.El escenario perfecto es que hubiese madurez política y todo el mundo cediera sus intenciones particulares a favor de jugar por la estabilidad del país. Pero eso se ve muy lejos de suceder, alerta Oswaldo Ramírez, analista político y director de la firma ORC Consultores.John Magdaleno, politólogo y director de la fir ma Polity, tampoco confía mucho en la posibilidad de que se desarrolle un escenario de óptima conciliación. El problema es que, en virtud del deterioro económico, puede haber convulsiones sociales serias con muchas protestas y muestras públicas de rechazo hacia la gestión del gobierno y la crisis, afirma el experto.En la crisis económica pareciera estar la clave de lo que ocurrirá. Si los dos sectores la obvian para enfocarse en una lucha política por el poder, el riesgo de una convulsión social pareciera ir en aumento conforme la inflación y escasez se agudicen. Al contrario, si se toman medidas que mitiguen el impacto negativo de la crisis sobre los ciudadanos, habrá mayores posibilidades de estabilidad.El 6 de diciembre parece haber demostrado que lo que quiere la gente es inmediatez en la resolución de los problemas actuales. La gente se siente mal económicamente y lo que quiere es salir de esa situación. Si se siente que nadie pone atención en eso, se puede desatar una vorágine que se termine comiendo todo el sistema...

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