Dystopia

Desde comienzos de los años noventa, la dupla Anthony Aziz y Sammy Cucher elaboraron una investigación a través de la manipulación digital de imágenes fotográficas, centrados en indagar y desarrollar las problemáticas del individuo contemporáneo frente a una sociedad dominada por el mesianismo ante la cultura de la imagen. En la mayoría de sus series el recurso fotográfico se trasciende para convertirse en estrategia pictórica, concentrados en las alertas que debían levantarse ante las relaciones extremas entre el hombre y la tecnología a finales del siglo XX. Esta inquietud, tan cercana a aquella ruptura que transformó los inicios de la vida urbana en un tránsito difícil para el hombre del siglo XIX, los conectó con ese imaginario que también perseguirá la vida del hombre actual: el sobrehumano moderno, el monstruo como síntoma ineludible del lado oculto e irracional de la organizada metrópolis.Desde ese carácter terrible de la experiencia moderna y a través de lo monstruoso como la entidad que desdice del sentido positivo del progreso y de las promesas de felicidad de una sociedad recta y organizada, Aziz+Cucher desplegarán importantes reflexiones sobre un vigente mal sin rostro, sin cielo, sin infierno, sin alma y sin dioses. En la elaboración de cada uno de sus trabajos será indispensable la representación de esa fractura dentro de la identidad del hombre mismo, una metáfora donde tecnología, poder, mercancía y ficción, reproducen los despuntes de esa otra sombra que inunda el funcionamiento de las estructuras éticas, políticas, estéticas y sociales de la contemporaneidad.En 1992 y, partiendo de las revisiones de los géneros tradicionales de la estatuaria y la pintura, presentaron la serie Honor, fe y belleza conformada por un grupo de fotografías alteradas de hombres, mujeres y niños donde la eliminación de sus partes sexuales los convirtió en una extraña especie de una hipersociedad perfecta. Sin embargo, la aparente satisfacción de cada modelo contrastada con la fría y rígida composición fotográfica y los mutismos de su propio género, revelaba un cuestionamiento a los modelos impuestos de conducta y a los conceptos tradicionales de belleza.El trabajo posterior será Dystopia, conjunto exhibido en el Museo Alejandro Otero en el año 1996, luego de representar a Venezuela en la Bienal de Venecia de 1995. En este caso aludían a una revisión de las iconografías arquetipales del retrato y de temas característicos de la pintura de los siglos...

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