Engañoso disfraz

Acabamos de vivir una de las fiestas más antiguas de la humanidad: el Carnaval.Fiesta que sembró sus raíces en el antiguo Egipto, que se celebró entre los griegos y llegó a su máxima expresión en Roma.El carnaval era una licencia para que el pueblo soterradamente pudiera burlarse de los poderosos. Para que irrespetara a las autoridades manifestan do y señalando los abusos que le causaban sufrimiento en la población.El pueblo, para burlarse, no daba la cara, lo hacía escondido detrás del disfraz.En Venezuela los poderosos no dejan de burlarse, sin piedad y misericordia del sometido y engañado pueblo al que disfrazan de soberano, en el pernicioso lenguaje del populismo. Lo visten con disfraz de Libertad, Soberanía y Democracia, un vestido cívico y deslumbrante, que le impide ver la verdad de la trágica situación que vive la Nación.Según el DRAE, un disfraz se utiliza para cambiar la apariencia de algo y conseguir que no se reconozca. Claro, en estos días de realidades virtuales, son muchas las veces que creemos que algo es, cuando en realidad no lo es. Se espera lo virtual, lo intangible, no se transforman las mentiras en verdades. Sólo se crean espejismos e ilusiones.Al regreso del asueto carna valesco a los católicos se nos llama a reflexión al celebrar el adiós a la carne origen de la palabra carnaval, con el recordatorio de las cenizas que se imponen en nuestras frentes con las palabras polvo eres y en polvo te convertirás.Pero ante un prolongadísimo engaño de los buitres...

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