Es injusto

Causa vergüenza recordarlo, pero cuando con infundada prepotencia nos creíamos una nación de riqueza abundante, hicimos famosa la frase: ¡Tá barato, dame dos!; riqueza que no supimos sembrar. Lo que sí sembramos fue el odio, la pobreza y, sobre todo, la injusticia en extremos que urge transformar.Los consejos de sabios caye ron en oídos sordos y ojos ciegos, encandilados con el oropel que nos imaginaba ricos.En ese mar no solo aró el Li bertador, lo hicieron Adriani y Uslar Pietri, Pérez Alfonzo y Betancourt, arado estéril pues preferimos escuchar el por ahora del vendedor de arañas, encantador de serpientes.El paso del tiempo nos llevó a despertar no en el mar de la felicidad, sino en la tempestad perfecta, brutal salida del letargo. Salimos del profundo y encantador sueño, y al abrir ojos y oídos nos encontramos con que la justicia fue desplazada por el imperio de la impunidad, la perfección de la mentira, el falso testimonio, el crimen.No hay castigo para los cul pables; la justicia convertida en cómplice del delincuente con la coraza que le da el Poder Ejecutivo. Hoy se perdona al delincuente, al corrupto y al asesino; se arrincona al ciudadano, se le avasalla y somete al imperio de lo injusto.Manda la corrupción judicial en el infierno de la violación de los derechos humanos.Es injusticia la palabra que todo resume, desde la protesta ahogada con represión hasta el injusto trato que los asesinos reciben por el beneficio de la impunidad.Por...

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