Escala de valores

Las valoraciones sobre el cuerpo estético han cambiado de acuerdo con la historia. En Occidente, se han caracterizado alrededor de las visiones de lo corporal como hecho lúdico dentro de actividades de socialización humana. En Oriente, por el contrario, ha prevalecido la concepción del cuerpo artístico como ritual en ceremonias de culto. Ambas consideraciones coinciden en sus potencialidades expresivas y en sus capacidades de comunicación, y establecen sus diferencias a partir del sentido de trascendencia que se han otorgado. La danza escénica, en su devenir, ha hecho suya toda esta escala de valores sobre el movimiento. En sus primeras manifestaciones, renacentistas y barrocas, estuvo integrada a las estructuras del poder establecido, y mostraba una tendencia exhibicionista y recreativa, con claro énfasis en los aspectos formales de este tipo de representación. Las siguientes sistematizaciones del ballet de acción y el ballet romántico dinamizaron su dramaturgia, la hicieron humanista y buscaron aligerar su lenguaje, siempre desde la visión del cuerpo idealizado. El ballet clásico zarista retornó a la forma abigarrada, así como a los temas evasivos, míticos y alegóricos, y a la dependencia de los intereses políticos, y configuró la idea de un bailarín ideal. El siglo XX trajo consigo un pensamiento alternativo para la danza que de alguna manera integraba el divertimento originario con el ritual ancestral. Se proclama ba la libertad en la actitud, la naturalidad en el gesto y la indagación en otros vocabularios posibles, todo enmarcado dentro de las miradas vanguardistas del arte que se centraban en el nuevo hombre que debía surgir. La danza libre, la danza moderna y la danza...

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