Escupir sobre la historia

Las celebraciones separadas del 23 de Enero, una convocada por el oficialismo y otra realizada por los partidos democráticos, es la mejor evidencia de que algo anda muy mal en el país. Que un acontecimiento fundacional de la democracia local, el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, no sea conmemorado de manera conjunta por todos los venezolanos, que no pueda ser un momento en el que el sentido de nación prevalezca sobre cualquier otro, es una prueba de que Venezuela es en el presente una nación profunda, dolorosa y preocupantemente desgarrada. La insurrección popular del 23 de Enero de 1958 tiene una inequívoca significación histórica que no debe ser escamoteada. Primero, porque significó el fin de la última dictadura militar de las tantas que, una tras otra, dominaron el poder político desde que Venezuela se convirtió en República independiente. Luego, porque representó el inicio de un acuerdo entre los demócratas para actuar de manera concertada e impedir que la nación volviese a ser gobernada por fuerza de las armas. Y, al final, porque ese acuerdo fue efectivo y por primera vez en nuestra historia, cinco años después inaugurando una tradición que se había mantenido hasta nuestros días, un presidente democráticamente electo logró concluir su gobierno y entregarlo a su sucesor, también democráticamente electo. La calidad y equidad del mo delo político y los sucesivos gobiernos que vinieron después pueden y deben ser discutidas. No hay duda. Sobre todo en los últimos años del bipartidismo cuando el modelo hizo aguas y la gigantesca exclusión que reprodujo casi acaba con él. Pero de lo que no se puede dudar es de que después el 23 de Enero en Venezuela emergió una sociedad democrática que rápidamente se convirtió en una referencia internacional y en un pilar desde donde se le concedió apoyo a los demás países latinoamericanos que luchaban para deshacerse de las dictaduras militares, de derecha e izquierda, que las sometieron con infinita crueldad. Entonces, ¿por qué, con las di ferencias del caso, no podemos celebrar juntos el acontecimiento? Por una sencilla razón, porque la...

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