Lo esencial y lo superfluo

Al contrario de lo que cree hacer el gobierno, las acciones que este despliega, en su casi totalidad, tienen muy poco que ver con las necesidades básicas de los ciudadanos y por ende no son actos esenciales para la estabilidad, tranquilidad, seguridad, salud, correcta alimentación y adecuada instrucción de los venezolanos.Las carencias a las que nos ha obligado este gobierno mal administrador, peor planificador y pésimo gestor son de tal calibre que han convertido la sensibilidad social y política de nuestro pueblo en una continua irritación, fuente de agresiones, envidias y maltratos a unos y otros, de forma indiscriminada, con la sola finalidad de conseguir productos y servicios básicos y esenciales que han sido confiscados del uso corriente del ciudadano de a pie, que no de los enchufados y favorecidos por nexos de amiguismos o familiaridad. Siguen siendo legión los protegidos por el nepotismo y la complicidad en la corrupción.Sigu en habiendo muchos miles de millones de dólares en cuentas personales de dudoso origen financiero y sospechoso origen criminal o al menos delincuencial, por decir lo menos. Continuamos viviendo bajo la inicua presión de la arbitrariedad oficial y de la ejercida por algunos entes militares o policiales en nombre de una justicia impulsiva que pretende ser equitativa exprimiendo y confiscando del comerciante sus mercancías, que luego revenden o reparten, con beneficios inconfesables, a quienes siguen estando necesitados por las carencias generadas por ellos mismos. Círculo vicioso de malignidad social y enriquecimiento ilícito.Así estamos, entre lo básico y lo innecesario, comiendo mal, con...

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