Esquiar a un paso de la guerra

L a cima nevada del mon-te Hermón separa dos mundos: una Siria devastada por los comba tes y una estación de esquí en la que los israelíes beben vino caliente, hacen escaladas rodeados de soldados y recorren las pistas con música tecno de fondo. Cuando la telesilla se detiene a 2.200 metros de altura, los esquiadores se preparan y se embadurnan de protector solar. En los días soleados incluso divisan Damasco. La capital siria se encuentra a solo 40 km, al otro lado de la línea de demarcación que separa los dos países oficialmente en guerra.Para los israelíes, el monte Hermón, un macizo en los confines de Líbano y de Siria, que se prolonga al sur en el Golán ocupado y anexionado por Israel, es una zona ultraestratégica bajo estrecha vigilancia.Pero cada año, en cuanto caen los primeros copos de nieve, los condicionamientos geopolíticos se derriten.En la temporada invernal, el monte Hermón se convierte del lado israelí en una estación de deportes de invierno como cualquier otra en el mundo, o casi.Los carteles que advierten de la presencia de minas enterradas disuaden a los esquiadores de salirse de las pistas.A lo lejos, unas antenas cu biertas de escarcha señalan las bases militares israelíes.El ejército está omnipresente.Hay un puesto militar al lado de cada uno de los bungalós a los que llegan los sistemas de telearrastre. Los soldados escrutan el horizonte con binoculares. Si un sirio quiere infiltrarse aquí...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR