Del estado de excepción al estado de extorsión

M ariela Fer nández, una indígena wayúu de mediana edad, arde de rabia e impotencia y lo demuestra en cada gesto que lanza con sus dos bolsitas en la mano. Quiere que el fotógrafo sea menos tímido y comience a disparar clics en ráfagas sobre los precios de los productos apostados en la acera de la arenosa calle principal del mercado Los Filúos, en la alta Guajira venezolana; lo que no es fácil ante la mirada intimidatoria de los bachaqueros que venden abiertamente a precios internacionales.La hiperinflación a 15 minu tos de la frontera no tiene comparación: la harina PAN está en 1.200 bolívares, el aceite no baja de 1.800, el kilo de arroz o azúcar está marcado en 1.200, el kilo de pollo sin refrigerar lo venden en 2.500, un paquete de 4 rollos de papel higiénico se encuentra a la vista de todos y sin chistar en 1.900 y en 500 bolívares la unidad. El wayúu común solo pasa y mira.La vida en la Guajira es de masiado costosa desde que cerraron la frontera. Estamos viviendo de la misericordia de Dios porque ningún sueldo alcanza. Si traemos productos regulados de Maracaibo nos los quitan porque nos acusan de ser bachaqueros, dice Fernández en medio de su desesperación por la situación que se vive en la zona desde que se instauró el estado de excepción por decreto número 1989, publicado en Gaceta Oficial el 7 de septiembre de 2015, que incluyó la movilización de 3.000 militares para el reforzamiento de labores de protección en el sector fronterizo.Se intensifican los delitos. El mayor general Franklin García Duque, comandante de Defensa Integral REDI en el occidente del país, reiteró que a pesar del vencimiento del estado de excepción la frontera seguirá cerrada hasta nuevas instrucciones del Comando Superior de la FANB; sin embargo, en declaraciones hechas en febrero al diario La Verdad reconoció que algunas trochas son utilizadas por contrabandistas y narcotraficantes para burlar el paso fronterizo.Miguel Hernández, presi dente del Comité por los Derechos Humanos en la Guajira, asegura que el cierre de la frontera aumentó la cantidad de contrabando, la especulación, el alto costo de la vida y el cobro de vacuna a los conductores que transitan con mercancía por los puntos de tránsito clandestinos hacia Colombia.Prácticamente el estado de excepción terminó convertido en un estado de extorsión, en el que todo es un negocio y rueda el efectivo, el hermetismo y la impunidad como única forma de pago en cada punto de control.Este comité y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR