Existe una estructura metodológica para despreciar la cultura

Javier Vidal ha actuado en 13 películas, 50 telenovelas y cerca de 60 montajes teatrales.Ha dirigido un núme ro similar de piezas y escrito otras tantas. Cifras que se traducen en 40 años dedicados a crear historias y transformarse en otros personajes. El comunicador social de profesión, mas no de oficio, forma parte actualmente de MJM Producciones y Tráfico Teatro, además de que es vicepresidente del Grupo Theja y miembro de la junta directiva del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Desde el lado de quien ha experimentado varias etapas del teatro venezolano, reflexiona sobre la situación de la escena y la televisión en una época determinada por Conatel y que le abre las puertas a una controversial Ley de Cultura.¿Cree que existe un deber ser del teatro? Entretener. El teatro está para cubrir los espacios de ocio del ciudadano que trabaja durante todo el día y quiere un momento de diversión.Pero todo eso conlleva a una reflexión, porque el teatro tiene palabra y la palabra es idea y la idea tiene ideología, se compromete rápidamente. Por eso el teatro siempre es incómodo para el poder y siempre se le ha perseguido.Hoy en día afortunadamente están más encandilados con la televisión y el cine, que son de masas, por lo que tenemos más libertad. El teatro no tiene aún Conatel ni Ley Resorte. Y digo todavía porque de alguna manera se ejerce algún tipo de presión.Tanto así que la diferencia que hay entre los tiempos de la democracia y los tiempos del proceso es que la democracia, con todo lo imprecisa y desordenada que era con la cultura, la dejaba ser. No creo que tuvieran conciencia en la cuarta república de que es un deber de Estado preocuparse por la cultura. Aunque las cosas que hizo están ahí: los museos, los teatros. Ahora lo que creo que existe es una estructura metodológica para despreciar y arrinconar la cultura, y especialmente el teatro. Yo llegué a aplaudir el festival que organizó Fundarte, porque bueno, están haciendo algo. Pero al final es un gran despliegue de dinero, llaman a toda la comunidad teatral, pero no queda nada.Sea lo que sea, en los tiempos democráticos hubo la posibilidad de consolidar el sector.Por ejemplo, uno aplaude el rescate de los teatros, pero deberían tener agrupaciones residentes que los defiendan, que digan qué les hace falta porque son la gente que sabe, no un burócrata de oficina. Porque de lo contrario se convierten en estacionamientos como el Trasnocho, el Ur ban Cuplé: que entra uno y sale el...

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