Familiares identificaron en video cadáver de reo
Desde el sábado pasado, Coral Muñoz permanece a la intemperie en la calle principal del barrio que está frente al complejo carcelario del Rodeo, esperando que le entreguen el cadáver de su esposo, Ronald Barrios.
El hombre de 23 años de edad es uno de los cinco reclusos muertos durante el enfrentamiento del fin de semana con efectivos de la Guardia Nacional encargados de retomar el control de Rodeo II desde el viernes.
"Me enteré el sábado como a las 5:00 pm porque un amigo que cayó preso con él me llamó a través de su esposa. Me dijo simplemente que mataron a Ronald", afirmó.
La muerte de Barrios, así como la de otras cuatro personas, fue confirmada en conversación telefónica con un reo de Rodeo II. "Necesitamos que nos dejen sacar a los cinco muertos que tenemos en las cavas. Como tenemos tres días sin luz, se están descomponiendo", afirmó.
Otro de los fallecidos en Rodeo II es Silverio Uzcátegui, de 22 años de edad. Sus familiares confirmaron que había fallecido en la refriega gracias a un video que los propios presos divulgaron por Facebook.
Las neveras usualmente eran destinadas al enfriamiento de bebidas y alimentos. Están en un sector de esa cárcel que es manejado por evangélicos. Le llaman La Iglesia.
Los propios reclusos dicen que la cifra de fallecidos podría incrementarse durante las próximas horas, debido a que hay 25 personas heridas que no han recibido atención médica. Tres de ellas tienen lesiones de gravedad.
"Tienen heridas en el pecho y en el cuello. Los hemos medio curado. Tratamos que no se mueran desangrados", afirmó un recluso.
En Rodeo II aún se niegan a aceptar la perspectiva de un traslado a otro penal. Creen que empeorarán las condiciones de reclusión. "Nos hablan de humanización, pero vamos a estar más hacinados", dijo.
Asistencia de bomberos. La última entrada que hicieron los Bomberos Metropolitanos al complejo penitenciario fue el domingo a las 5:00 pm. Un mayor de ese organismo informó que solamente el ese día atendieron a 54 reos. De ellos 49 tenían heridas por disparos. Los demás estaban afectados por la falta de alimentos y de agua.
Para que entren los bomberos hace falta un cese de las hostilidades entre los militares y los reclusos. Pero el domingo el intercambio de tiros entre ambos grupos fue tal que las labores fueron interrumpidas.
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