Los festivales literarios nos humanizan y nos ayudan a dialogar

La afición de Carlos Pacheco por la lectura viene desde la infancia, pues una tía que vivía en su casa tomó como meta personal que el niño se entusiasmara con las historias que ella le contaba todas las noches.Comenzó su relación con cuentos simples y luego, con el tiempo, vinieron los clásicos. En la actualidad es doctor en Literatura de la Universidad de Londres y profesor de esta materia en el posgrado de la Universidad Simón Bolívar, miembro de la Academia Venezolana de la Lengua y especialista en narrativa breve.La meta que se trazó aquella mujer sigue dando frutos, porque su sobrino es embajador de las letras nacionales cada vez que sale del país.Recientemente estuvo un semestre en Colombia como profesor invitado de la cátedra de Literatura Latinoamericana en la Pontificia Universidad Javeriana y también estuvo dos semanas como profesor en un curso doctoral en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito.Por su perfil, Pacheco es un profesional idóneo para proponer maneras de promocionar la lectura en el país, así como puntualizar los desafíos que afrontan actualmente la literatura y el mercado editorial nacional. Adelanta, sin embargo, que el problema de las letras nacionales es apenas una arista de la lista de asuntos por resolver para la promoción de la lectura, es el mismo que el del resto de los sectores en el país, que el Estado no sólo no ayuda, sino que pone restricciones a la iniciativa privada.--¿Qué desafíos tiene el país para que sus habitantes se consoliden como lectores? --Lo primero que debemos entender es que la promoción de la lectura no puede ser una iniciativa unilateral. La educación de nuevos lectores empieza antes de la escuela: en la familia. Incluso antes del año puede un niño familiarizarse con los libros. Pero luego vienen el preescolar, la escuela primaria y el liceo. Nuestro objetivo debe ser que la relación de los niños y jóvenes con los libros sea cotidiana.--¿Qué libros podrían lograr este cometido? --Muchas veces se ha discutido sobre cómo motivar la lectura. Antes se planteaba que se debía enseñar literatura desde los clásicos; no importaba si no eran fáciles de digerir o si producían rechazo. Pero creo que debemos buscar obras que el niño disfrute. Sólo si se entretiene se convertirá en un lector asiduo.--¿Cuál es el papel de la academia? --Por un lado está la carrera formal de quien va a ser profesor de literatura o crítico. Pero esos son los menos, todos los universitarios deberían seguir leyendo en...

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