En la frente de Goliat

Lo que más aflige es la continuación, en formato cada vez mayor, de una impostura. Que de este dispositivo mediático que prolonga las apetencias de una oligarquía petrolera se hable como de un gobierno de izquierda es escandaloso y es lamentable. Que se consolide un sistema de exclusión que parte en dos al país al crear una casta de necesitados y otra de proveedores y que eso sea percibido como desarrollo y progresismo; que la pérdida de la república, en cuya dirección avanzamos un paso más con estas elecciones, sea motivo de regocijo internacional; en fin, que la visión de una enorme minoría que quiere un país unido y moderno quede sepultada bajo la soberbia hegemónica: sí, hay pesadumbre cuando se considera todo esto. En medio de la decepción apa recen, como siempre, voces que retrodicen y que, en particular, insisten en atribuir a elementos externos lo que no es sino una dolorosa tomografía del país. Me refiero a quienes recurren a explicaciones de caja negra: fraude electrónico o manipulación electoral, e incluso a quienes se sienten embaucados por haber concebido esperanzas incumplidas y la emprenden contra la dirigencia de la unidad democrática, o, lamentablemente, contra quienes apoyaron al Gobierno. La frustración del gigantesco esfuerzo de organización, persuasión y traba jo político que tuvo lugar en estos meses genera legítimamente un malestar que cada quien trata de elaborar a su manera, pero me parece que viene bien tratar de entender, dentro de la complejidad de todo, algunas cosas. Una primera es que la perspec tiva que cada uno de los venezolanos tenemos sobre el país está irremediablemente deformada por la espantosa separación que se inaugura en 1998. Pongamos entonces lo que pensamos bajo custodia, o entre paréntesis: detengámonos a examinarlo. A lo mejor el victorioso no está obligado a reflexionar, pero quien pierde sí. Por otra parte, si bien es necesario reconocer políticamente a esa mayoría que se expresó contundentemente, ello no implica ser indulgente con lo que de equivocado vemos en el proyecto que ha resultado triunfador. La gran...

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