El Gobierno intenta escribir una realidad paralela con su neolengua

T errorismo, fascismo, derecha, guarimbero, escuálido. Las palabras se han repeti do sin cesar en los últimos tres meses en el discurso oficial, a través de los voceros del gobierno de Maduro. Frases que suelen ir acompañadas de los términos conspiración, sabotaje, ataques y escalada golpista. El lenguaje se convierte entonces en un arma eficaz para recrudecer el escenario político.El chavismo, como todo buen totalitarismo, ocupa. No se trata solo de una reiteración de palabras que, desde luego, la hay, sino de la lógica que soporta y que exige esa reiteración, indica Daniel Esparza, filósofo y escritor. Para que el chavismo pueda presentarse como viable, necesita repetir constantemente que no importa cuán malo sea, cualquier alternativa es peor. En eso le asiste un discurso anacrónico que todavía entiende la política en términos de derecha e izquierda.Terrorista. Con el lenguaje se puede decir la verdad o se puede mentir, afirma Francisco Javier Pérez, lexicógrafo, historiador de la lingüística y ensayista. Su poder permite ambas situaciones. Nada de esto es problemático si no se le atraviesa de por medio la perversión; es decir, la deliberada adulteración de lo que se quiere decir y de la forma de decirlo para producir fines específicos, como ocultamiento, ideología, manipulación. La mentira gana peso cuando las verdades son débiles o no existen.Desde que comenzaron las protestas en el país en contra del gobierno, el término terrorismo se ha vuelto un lugar común en el discurso del presidente Nicolás Maduro y del resto de los funcionarios.La palabra tiene una intención clara de criminalizar a los que manifiestan al endilgarle a los opositores un gra ve calificativo, si tomamos en cuenta lo que significan los terroristas en la sociedad global actual.Desde las estructuras del po der hay un bombardeo hacia abajo con una serie de vocablos con una carga semántica que se adecuan al deseo que tiene el otro de transformarme en una cosa que no soy, señala Eritza Liendo, lingüista y profesora de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. Una de las construcciones más graves e irresponsable es tildar al que protesta de terrorista. Visto lo que significa para el mundo actual es de una gravedad supina, porque el terrorismo tiene dos características definitorias: el factor sorpresa y el anonimato.Hasta donde sabemos, la oposición tiene una agenda de actividades pública y notoria. La condición de terroristas queda descartada porque no hay sorpresa en...

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