Gracias a las redes sociales ahora tienes oyentes que no te oyen

Practica ashtanga yoga y meditación vipassana desde hace 10 años y, en un breve momen to de iluminación, decidió poner toda su energía en compartir la información que más le interesa, se lee sobre él en su portal de bienestar y salud inaugurado en 2011, Inspirulina.com. Dejar atrás etapas profesionales y tomar distancia de ellas es en Eli Bravo un patrón desconcertante para el que piensa que una persona, si es buena en algo, debería hacer eso invariablemente. Aunque lejos de su pasado de pionero de la radio juvenil participativa en Venezuela en la era proto-Internet, el periodista y novelista radicado en Miami se mantiene sujeto, en una sintonía serena, a este mundo que va a la velocidad del rayo. --¿Apocalíptico o integrado ante la hiper-fragmentación de audiencias de la comunicación actual? --Optimista. El proceso era inevitable, es retador y ofrece muchísimas más oportunidades a la gente. El desarrollo de la tecnología apuntaba hacia esto, y negarlo era como negar la globalización. Te obliga a buscar otras maneras de conectarte a tu audiencia, generar el contenido y hacerlo rentable. Si nos ponemos del lado del público, no de los medios, aquél cada vez más tiene el control de lo que ve, cómo lo ve y cuándo lo ve, y esto obliga a la competencia. Más que una fragmentación, hay una integración de medios tradicionales con plataformas tecnológicas. La audiencia se ha atomizado, sí, pero se abren segmentos específicos de mercado. --¿Qué cambió con las redes sociales en la radio participativa, de la que usted fue pionero? --Cuando hacíamos esa radio participativa a principios de los años noventa teníamos algo que era una tecnología descollante: el teléfono celular. La gente joven llamaba por su teléfono o el de sus padres y participaba, y eso causó conmoción. Twitter, Facebook, el e-mail y los mensajes de texto son variaciones de eso. Cada vez más los oyentes interactúan con el estudio de manera más caliente e inmediata, y cuando tienes a la gente comentando en Twitter lo que tú dices en radio estás multiplicando ese mensaje a gente que no está en sintonía. Ese es el poder expansivo de las redes. Empiezas a tener, por decirlo de una manera, oyentes que no te están oyendo. Un público que probablemente jamás te ha conocido pero al que le llegó algún comentario, referencia o hasta un clip de audio que colgaste en tu sitio web y se puso a rodar. --¿Se ha hecho algo diferente en la radio participativa desde el adiós de Eli Bravo? --Más que de...

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