La gran deuda con la humanidad: Estado Unidos, democracia y el riesgo de los derechos humanos

AutorFranco Gamboa Rocabado
CargoUniversidad de Yale Bolivia, la Paz franco.gamboa@gmail.com
Páginas171-179

Entrevista elaborada por la Dra. Flor Ávila H. de Pulitanó el 13 de marzo de 2009.

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Con la llegada de una nueva gestión presidencial al mando de Barack Obama, los Estados Unidos no tienen solamente desafíos específicos que atender para superar una grave crisis económica de desempleo y caos financiero, sino también presentan la necesidad de reorientar por completo su política exterior. En este caso, la retirada progresiva de las tropas de Irak representa un factor que no requiere demasiadas previsiones porque desde el punto de vista militar, los objetivos parecen haberse alcanzado: en primer lugar, se obtuvo el derrocamiento del dictador Sadam Hussein; en segundo lugar se logró controlar la insurgencia urbana con el propósito de fomentar acuerdos parlamentarios que garanticen las elecciones democráticas con regularidad y, sobre todo, Estados Unidos está comprobando que el restablecimiento del orden interno en Irak radica en la salida de todas las fuerzas militares de ocupación para dejar que autónomamente puedan reconstruirse diferentes coaliciones o pactos estratégicos entre los grupos étnicos y partidos políticos. Page 172

Lo que el gobierno de Obama todavía no está en condiciones de responder, es cómo los Estados Unidos van a reconciliarse con el mundo entero a partir del restablecimiento de valores universales como la protección de los derechos humanos, el ejercicio pleno del derecho a las libertades religiosas, así como el compromiso pendiente que tienen, para dejar de lado la tortura como el método para combatir el espionaje y la guerra global contra el terrorismo. La administración que Obama heredó, arrastra un conflicto de escala mundial que se relaciona con el absurdo regreso a aquellos patrones de la Edad Media donde se utilizaba la tortura con el propósito de reclamar soberanía y legitimidad política para reivindicar la defensa de un país contra las agresiones externas. Curiosamente, Estados Unidos destruyó su credibilidad internacional como modelo democrático, al confundir la guerra contra el terrorismo con la abdicación de los valores universales que brotan de la democracia moderna, fortaleciendo únicamente las justificaciones militares para atropellar todo tipo de derechos, inclusive en el interior de su propio país.

En esta entrevista, el sociólogo político Franco Gamboa Rocabado, miembro de Yale World Fellows Program, analiza la coyuntura política de los Estados Unidos planteando que el gobierno de Barack Obama no está dando señales decisivas para cerrar Guantánamo y probablemente continúe malinterpretando las prerrogativas que tiene el uso de la violencia, frente a las amenazas de un ataque terrorista. En el fondo, la doctrina de los derechos humanos y las garantías constitucionales de una democracia liberal, continúan siendo implementadas por la racionalidad política de las élites militares que han decidido vincular directamente la legitimidad del presidente con la lucha en contra de un enemigo internacional como el terrorismo de Al Qaeda. Mientras la sociedad estadounidense siga pensando que se encuentra bajo una amenaza constante y exija una autoridad protectora, el presidencialismo de los Estados Unidos proseguirá con la violación sistemática de los derechos humanos, ganando, simultáneamente, apoyo electoral.

F.A. ¿Cuál es la relación entre democracia y derechos humanos y qué tipo de crisis se ha iniciado en los Estados Unidos?

F.G.: Después de la desaparición del Muro de Berlín en 1989 y el desmoronamiento de la Unión Soviética, junto con los regímenes del socialismo de Europa del Este en 1991, se pensó que la mejor combinación entre las libertades políticas y la capacidad para elegir un gobierno por voluntad popular era el sistema democrático. Además, la democracia incorporabaPage 173 valores adicionales que los gobiernos socialistas autoritarios no tenían: libertad de cultos como expresión espiritual que permite entender el mundo en una magnitud diferente al materialismo, libertad de asociación para constituir alternativas políticas por medio de diferentes organizaciones y partidos, así como un conjunto de garantías para proclamar libremente todo tipo de manifestaciones éticas, estéticas y científicas. El mundo entero celebraba el nacimiento de una nueva práctica en la década de los años noventa: la experiencia de...

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