Historia negra, novela negra

En las conversaciones literarias nunca deja de aprenderse, desde las más esenciales a las banales. En la Feria Internacional del Libro de Panamá, donde he venido a recibir el premio Panamá Negro, se ha discutido en una mesa en la que participo por qué a la novela policíaca se la llama novela negra.Se arguyeron no pocas ra zones, pero uno de los participantes trató de zanjar el debate informando que todo viene del color negro que tuvieron desde el comienzo las tapas de los libros de la serie policial de la editorial Gallimard en Francia. Pero alguien más alegó que ya antes, novelitas de este tipo se publicaban en la revista Black Mask Máscara Negra en Estados Unidos, lo cual deja abierta la competencia en cuanto a la denominación de origen.Novela negra es el sinónimo más difundido, y preferido, cuando queremos decir novela policíaca, o novela criminal, o novela sobre policías y criminales, y como el ambiente en que la trama se desarrolla es generalmente oscuro, de bajos fondos, como el de las novelas del género en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX, con clásicos como Raymond Chandler y Dashiell Hammett, el nombre no le viene mal.En este tipo de literatura, que la hay desde la de consumo rápido, para leer y tirar, hasta verdaderas obras de arte, el personaje es por lo general un detective, oficial o privado, que resuelve los misterios que rodean un crimen y termina atrapando al hechor, la mayor parte de las veces debido a su propia sagacidad, atando cabos o a lo que conocemos como olfato profesional de sabueso.Y todo el mundo está de acuerdo con que el género lo funda Edgar Allan Poe en la primera mitad del siglo XIX, cuyo personaje Augusto Dupin, que aparece por primera vez en El crimen de la calle Morgue, es el padre de todos los detectives de novelas, sin el cual nunca hubiera existido Sherlock Holmes, el sagaz investigador de Arthur Conan Doyle, o el amanerado detective Hércules Poirot creado por la infatigable Agatha Christie.Un detective protagonista de una sola novela negra, no trascendería. Es su persistencia, a través de una sucesión de casos resueltos en distintos libros, como los personajes mencionados anteriormente, que el detective logra convertirse en un clásico, o como el famoso inspector Maigret creado por George Simenon, el prototipo del investigador tranquilo y bonachón que debe rendir cuentas de sus ausencias a su esposa, y lejos de balazos, persecuciones espectaculares y escenas de cruda violencia, atrapa al...

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