'El humor es un arma contra mi timidez'

En el foyer del Teatro Grévin del bulevar Montmartre de París hay una escultura en cera de él. En 2004 recibió de manos de Jacques Chirac la medalla de Caballero de la Legión de Honor. Para 2005 era considerado el actor mejor pagado de Francia. Tiene en su haber más de cien películas. Pero si algo no tiene Gérard Jugnot es el ego que podría esperarse de una figura muy cercana al calificativo de "gloria" de la cultura francesa.

A este experimentado actor, guionista y director de cine, nacido en París el 4 de mayo de 1951, le cuesta mirar directamente a la cámara del fotógrafo. Eso sí, tan pronto siente un poco de presión por parte de éste, de su rostro emerge un repertorio de muecas: arruga la frente, sube las cejas, sonríe, cruza los brazos...

Y como por acto de magia aparecen, a la vez, el entrañable maestro de Los coristas y el director de escena del Teatro Chansonia, escenario principal de Me enamoré en París, por la que Jugnot se encuentra en Caracas como invitado de honor del 25° Festival de Cine Francés, que comenzará mañana.

Está ligado al cine y al teatro desde adolescente. A los 12 años de edad ya hacía breves apariciones en películas. Luego de estudiar Arte Dramático, fundó con Thierry Lhermitte, Christian Clavier y Michel Blanc la compañía de café-teatro Splendid, en la que coescribió tres espectáculos de éxito que más adelante fueron llevados al cine.

Para explicar el origen de su pasión por la actuación y, en general, por la creación artística, Jugnot recurre al escritor Anatole France. "Él decía que los artistas deben encontrar la vida muy bella, incluso si no están convencidos de eso, porque allí radica el placer de escribir: en la luz, en el amor, en la risa", expresa.

Convencido de que el arte enaltece, magnifica y amplifica la vida, tiene en su haber más de 100 películas. "Desde el momento en que pude elegir en qué proyectos trabajaría, hice las películas que quería ver, las que quería escribir y las que quería dirigir. En todas ellas hablo como yo", asegura.

Poder escoger no fue un privilegio...

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