La inagotable versatilidad de Colombia

Bogotá, generosa metrópoli Esta ciudad, la más grande de Colombia, es valorada por la educación y calidez de su gente. Comparte su título de capital del país con el nombramiento de Capital Mundial del Libro, distinción hecha por la Unesco en 2007. La Feria del Libro de Bogotá es uno de los mejores avales de este reconocimiento. En el barrio más antiguo, La Candelaria, los paisajes se componen de construcciones coloniales y flores que se derraman desde los balcones. Allí se ubican el Palacio de Nariño, el edificio del Congreso de la República y la Catedral Primada. Su oferta cultural abarca el Museo Quinta de Bolívar, el Museo del Oro, el Museo de Trajes Típicos de Colombia y la biblioteca Luis Ángel Arango, que recibe más visitas que la Biblioteca Pública de Nueva York. Un plan destacado es la visita al cerro de Monserrate. La vista arranca suspiros y puede disfrutarse mientras se come en sus restaurantes. Entre en la Basílica del Señor de Monserrate. El paseo en el Tren de la Sabana, que se puede tomar en la antigua estación de ferrocarril, atraviesa la ciudad y conduce a pueblos cercanos. Uno de ellos es Zipaquirá, municipio sede de la impresionante Catedral de Sal. Otros imperdibles: ser testigo del Festival Iberoamericano de Teatro Âel más grande del mundo y pasar una noche de fiesta en el emblemático Andrés Carne de Res. Cartagena, seductora costa El Caribe complace siempre. Una de sus joyas, Cartagena de Indias, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1984. Sus emblemáticas murallas son las más largas de Latinoamérica, con una longitud total de 11 kilómetros. En el Museo de las Fortifica ciones www.fortificacionesdecartagena.com podrá dar un paseo por la historia de los bastiones que defendieron la ciudad. En los cuarteles del siglo XVIII, conocidos como Las Bóvedas, encontrará talleres de artesanía. No se pierda la visita al castillo San Felipe de Barajas, cuya situación en la colina de San Lázaro desempeñaba un papel disuasorio de cara a los invasores. En el Palacio de la Inquisi ción observará los instrumentos de tortura que empleaban en la época. La plaza Santo Domingo, ubicada en el corazón del centro histórico, es uno de los íconos de la rumba y la bohemia del lugar. En la Calle del Arsenal proliferan los bares y restaurantes como el famoso Míster Babilla. El barrio Getsemaní, de estilo colonial y preferido por los extranjeros, posee alojamiento para todos los gustos y opciones de entretenimiento...

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