Los indignados nos alertan que puede haber capitalismo sin democracia

Muy cerca de los indignados españoles está Tulio Hernández. Desde mediados de 2010, cuando se radicó temporalmente en Barcelona invitado por las universidades de Barcelona y Girona, ha sido testigo de la evolución de un movimiento que se lanzó a la calle para reclamar más democracia al bipartidismo encarnado por el gobernante Partido Socialista Obrero Español y el conservador Partido Popular. Hoy día, los indignados se han multiplicado por cientos de ciudades en el mundo, convocados a través de las redes sociales, que están dando un aire renovador a la democracia y el capitalismo, según dice, desde la línea telefónica. ¿Qué es el movimiento de los indignados? ÂEs un movimiento que surge en España después del 15 de mayo. No es de proletarios ni de pobres ni de inmigrantes. Es de clase media y reúne por igual a ancianos, jubilados, sindicalistas, ex comunistas, gays y ecologistas. Es la primera respuesta de varias generaciones que habían recibido los beneficios del Estado de bienestar y ahora el sistema les dice ya no hay más, se acabó el ascenso social. Ahora estas generaciones se ven obligadas a reaccionar a tres cosas: los abusos del poder financiero que se ha colocado por encima del poder político y los ciudadanos; la crisis del Estado bienestar, expresada en recortes en los servicios gratuitos de salud y educación, bajos salarios y desempleo; y un cuestionamiento a una democracia que no consulta a los ciudadanos. El grupo que lo generó, a través de las redes sociales, se llama democracia-real-ya, y nació en Barcelona. ¿Cuáles son las diferencias entre las protestas que han surgido en el mundo bajo el mismo nombre? ÂLo que ocurre internacionalmente, aunque pareciera un mismo fenómeno, no es un proceso homogéneo. En Estados Unidos, la indignación central es contra Wall Street y el resto del sistema financiero. En Grecia es una indignación por los recortes que impone el proyecto económico europeo. En el caso de Chile es la clase media que pelea por una educación pú blica y democrática. Son cosas muy diferentes. ÂPero les une la consigna de que se socializan las pérdidas y se privatizan las ganancias... ÂHay un problema fundamental: mientras la economía se globaliza y se desterritorializa, la política sigue siendo hecha en los límites de los Estados nacionales y, al máximo, en bloques geopolíticos como la Unión Europea. Lo novedoso del movimiento es que, por primera vez, se asoma la posibilidad de un activismo político global. Razona que...

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