Javier Sáez Castán: Me gusta pensar que hay algo maravilloso en lo cotidiano
Javier Sáez Castán Huesca, 1964 es autor e ilustrador de libros y álbumes infantiles. Es Licenciado en Bellas Artes, en la especialidad de Dibujo, por la Universidad Politécnica de Valencia. Desde muy pequeño escribía y dibujaba cuentos, y ha desarrollado una sólida carrera en el mundo del libro para niños y jóvenes. Entre los libros de Sáez Castán están: Los tres erizos Ekaré, 2003; Animalario universal del profesor Revillod , de Miguel Muru garren FCE, 2003; Soñario o diccionario de sueños del Doctor Maravillas Océano, 2008; y La merienda del señor Verde Ekaré, 2008.--¿Qué utilidad social tiene hoy en día el oficio de ilustrador al que dedicas tu tiempo? --La ilustración de libros tiene al menos dos vertientes; una la relaciona con el diseño, con la adecuación de los objetos a unos propósitos. Los objetos están ahí, van a permanecer ahí, deben tener una forma y alguien debe dársela. En ese sentido, los objetos están de nuestro lado, en el lado de la realidad visible y material.Un libro puede caer de la estantería y golpearte en la cabeza, y entonces se convierte en una forma de revelación: la revelación de lo real, no siempre evidente. Por otra parte, la ilustración tiene una vertiente narrativa; representa un mundo que no está de nuestro lado, un mundo de ficción. Pero a nosotros, como seres humanos, nos interesan mucho esos mundos. Eso nos llevaría a considerar la utilidad social de la ficción en general, un tema interesante, pero que creo que excede el espacio concedido a la respuesta. Una manera de atajar y de aproximarnos a una respuesta sería pensar: ¿qué ocurriría si los mundos de ficción desaparecieran? Por supuesto, la pregunta no es sino una nueva ficción, y como tal, parte de mi trabajo. No, no es tan fácil encontrar un atajo.--Los motivos que te impul saron a dedicarte a la profesión de ilustrador, ¿siguen vigentes o han nacido algunos nuevos? --Bueno, comencé a dedicarme a esta ocupación mucho antes de saber que era una profesión, es decir, una forma de ganarse la vida... luego descubrí que no lo era y, pese a todo, mantengo mi entusiasmo.En realidad, no es algo tan raro en los tiempos actuales: uno se dedica a una profesión, es decir, que piensa que adquiriendo cierta práctica y aplicando su talento a una ocupación específica, la sociedad le retribuirá por ese esfuerzo. Pero, de repente, esa retribución se desvanece, o queda en suspenso, y uno ve que no le alcanza para vivir; ¿puede considerarse entonces como una profesión...
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