Libertad, Estado y Derecho Administrativo. El papel del Derecho Administrativo en la modernidad democrática

AutorArmando Rodríguez García
Páginas45-60
Libertad, Estado y Derecho Administrativo.
El papel del Derecho Administrativo
en la modernidad democrática
Armando Rodríguez Garcia
Profesor de Derecho Administrativo y Coordinador del Postgrado en
Derecho Administrativo, Universidad Central de Venezuela
“Un pueblo libre obedece, pero no sirve; tiene jefes
pero no dueños; obedece a las Leyes, pero nada mas
que a las Leyes y es por fuerza de las Leyes por lo que
no obedece a los hombres...” Rousseau
Resumen: La administración es una expresión organizativa y funcional
que responde a las necesidades de la vida colectiva, por lo que acompa-
ña las manifestaciones sociales a partir de los grados primarios de com-
plejidad de las comunidades, por lo que su presencia resulta inevitable-
mente asociada a los valores culturales que construye la sociedad y a los
mecanismos de preservación de los mismos. La libertad es uno de los
valores esenciales en la sociedad contemporánea, que determina su as-
censo humanista, y el Derecho Administrativo, por su parte, aparece
como una de las herramientas de mayor eficiencia para garantizar la
permanencia, primacía y proyección de la libertad del ciudadano - y
con ello, de la Sociedad-, mediante la adecuada organización y funcio-
namiento del aparato administrativo del Estado a los contornos de la le-
galidad, para concretar su esencia como un derecho regulador del poder
para garantizar la libertad, desplazando el esquema primitivo del autori-
tarismo personalista.
SUMARIO
I. PRELIMINAR
II. EL ASPECTO SOCIOLOGICO Y EL ASPECTO JURIDICO
III. EL DERECHO ADMINISTRATIVO EN LA NUEVA DINAMICA DEL ESTADO
IV. POTENCIA Y ACTO / FORTALEZAS Y DEBILIDADES
I. PRELIMINAR
La existencia de cualquier conglomerado humano de cierta magnitud y con un mínimo
nivel de complejidad en sus actividades y relaciones convoca, de manera natural y espontá-
nea, el surgimiento de actividades o tareas específicas, separadas y especializadas, a cargo de
algunos de sus miembros, que apuntan al abordaje de los asuntos comunes, es decir, aquellos
REVISTA DE DERECHO PÚBLICO Nº 117/2009
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que exceden de la esfera personal o singular de los individuos aisladamente considerados, y
que, por tal motivo, se convierten en cuestiones colectivas, públicas; esas que virtualmente
interesan o pueden interesar a todos en mayor o menor medida, aunque, en algunas circuns-
tancias, tienen la cualidad de concretizar sus consecuencias con mayor precisión en algunos
sujetos mas que en otros, bien sea que esto se traduzca como beneficio o como perjuicio.
En el trayecto evolutivo de los conglomerados humanos encontramos momentos históri-
cos que, por su trascendencia, marcan capítulos o etapas identificables por los cambios que
impregnan su contenido, en contraste con otros períodos.
No obstante, es fácilmente perceptible un proceso evolutivo continuo, progresivo, de as-
censo sostenido, en cuanto a la aparición y adaptación de factores o elementos de diversa
índole que conducen a valorar con resultados positivos las cualidades de vida de los grupos
humanos, no solo en cuanto a condiciones físicas o ambientales sino, lo que es tal vez mas
importante - por lo que lleva implícito la cualidad humana -, en lo atinente a componentes de
carácter cultural y espiritual.
Por esta razón, y con independencia de las particularidades destacables en momentos
históricos determinados, que ponen de manifiesto situaciones de conflicto, retardo o deterioro
en el proceso de civilización global, es lo cierto, que hay una clara tendencia sostenida hacia
mejores y mas avanzados estadios, hay una proyección constante, como promedio, que pone
en evidencia lo que Jacob Bronowsky califica como una “brillante secuencia de logros
culturales” que marcan el ascenso del hombre, entendido en este caso, como Sociedad, como
Humanidad1.
Pues bien, en este ascenso, constante y sostenido, aún cuando el ritmo y la dirección
puedan variar en algunos momentos, encontramos episodios que constituyen hitos singular-
mente importantes, por sus efectos, a los fines que convocan nuestra atención en esta oportu-
nidad.
Nos proponemos revisar la relevancia que el Derecho Administrativo ha tenido y tiene,
en los procesos de modernización de las sociedades, particularmente por el papel que le toca
jugar dentro de las tareas que le corresponde cumplir al Estado, en tanto expresión de la
sociedad organizada para la satisfacción de los requerimientos colectivos, y tal vez mas im-
portante aún, no ya desde la óptica utilitaria, sino en cuanto al valor trascendente de la digni-
dad humana, por el carácter de herramienta diseñada y dispuesta para contraponerse y frenar
la arbitrariedad, para controlar el ejercicio del poder, para garantizar, proteger y salvaguardar
la eficacia de los valores supremos del hombre, dentro de los cuales destaca la libertad como
categoría de primer orden en la vida civilizada.
De este modo, además de la etapa que da inicio a la Edad Moderna, en la cual ubicamos
el surgimiento de la noción de Estado, aún cuando, como sucede con tantos fenómenos socia-
les y políticos, no es válido asignar un momento preciso, nos ofrece un evento de singular
interés, la etapa histórica que marca la segunda mitad del Siglo XVIII, en la cual se concentra
la presencia de tres grandes movimientos que se concretan como verdaderas revoluciones y
que, en su conjunto, conducen a marcar sustancialmente el signo de la evolución posterior de
la Humanidad, hasta nuestros días.
Hacemos referencia ahora, por igual, a la llamada “Revolución Industrial”, constituida
por una prolongada secuencia de transformaciones, que tiene su inicio en Inglaterra a partir
1 Jacob Bronowsky: El Ascenso del Hombre. Fondo Educativo Interamericano. Bogotá, 1979.

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