Libros: Reinhart Koselleck I

Crisis, dice Koselleck, es una voz griega insustituible. Hay en ella algo agónico. Disyuntivo. Alternativas extremas: victoria o derrota, justicia o injusticia, salvación o condenación, vida o muerte. Proviene de krino, que se utilizaba para designar la experiencia de elegir, separar, juzgar, decidir entre opuestos. En el Nuevo Testamento, Crisis tiene su equivalente en judicium, voz también inapelable que nos remite a la justicia de Dios, bien sea en la forma del juicio corriente que se incorpora a la vida de los creyentes tras la aparición de Cristo, o en el anunciado Juicio de final de los tiempos. En Atenas o Jerusalén, Crisis abarca todas las dimensiones de lo humano en forma de sentencia definitiva. Como voz fundadora, Crisis ha implicado siempre una noción esencial: que el tiempo es siempre insuficiente. Que no alcanza. Pero aún más: en Atenas y en Jerusalén Crisis está asociada a incertidumbre y a una necesidad de vislumbrar el futuro, que haga posible una solución o una salvación. En la Edad Media, alimenta da por las contribuciones de las lenguas de Europa, la idea de Crisis se expande y se proyecta a la política, a la economía, a la incipiente comprensión de la psicología humana. Con la Ilustración Crisis se transforma en un concepto histórico elemental que es intrínseco al devenir de las sociedades. A lo largo del siglo XVIII adquiere su condición de instrumento histórico-filosófico: el concepto de Crisis no...

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