La transición militar

Fieles a la cultura democrática que se creó y desarrollo en el país entre 1958 y 1998, mi llones de venezolanos tienen la tendencia a juzgar los fenómenos políticos posteriores a ese período con los paradigmas analíticos de aquellos años.Así, muerto el comandanteeterno, tras un oscuro resultado electoral en abril, con una economía descuadernada y con una división interna producto de la lógica disputa por el liderazgo del chavismo, se comenzó a hablar de una necesaria transición.Cuando se habló de transi ción, se hablaba de una transición en positivo, una transición democrática, hacia lo mejor, hacia la normalidad institucional. El paso primero de ese proceso habría sido, obviamente, el reconocimiento de la oposición y su liderazgo. Una vez cubierta esa condición sine qua non, se pudo haber negociado, no necesariamente de manera expresa, el desmontaje el aparato político e institucional creado por el eterno para administrar violencia y atacar a los opositores.Un monstruo que va desde los motorizados armados hasta el Tribunal Supremo de Justicia, pasando por todos los entes que integran el Poder Moral. A partir de allí, las elecciones que se fuesen realizando habrían terminado por normalizar la vida política del país.Se pudo incluso haber pen sado en un plan de emergencia económica conjunto que protegiera al bolívar, hoy devaluado y devaluándose, y no sometiera a los venezolanos a una inflación cercana al cincuenta por ciento anual, este y los próximos años. En fin una transición como la de los chilenos o la de los españoles a finales de los setenta, eso esperaban los demócratas.Pero ese no ha sido el caso.Quienes pensaban en Chile y España han terminado en Bielorrusia. Lo que Maduro y los barones del chavismo han ejecutado, ha sido una transición absolutamente negativa, desconocedora de la oposición democrática de hecho, parte importante de su tiempo, un recurso muy escaso para cualquier presidente, lo consume en conspirar contra ella y su liderazgo,que avanza hacia la oscuridad del autoritarismo militar. Aquellos venezolanos que desde 1958 clamaban y pedían un gobierno militar, pueden darse por satisfechos porque si este no es uno, se parece muchísimo.A medida que se hundía en su debilidad personal y política, Maduro decidió aferrarse a los militares y entregarle con una rata creciente posiciones de mando importantes en el aparato del Estado. Hasta la economía y su funcionamiento tiene un estado mayor...

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