Ministerio de la verdad y otras mentiras

Aun gobierno contumaz, ajeno a la rectificación y obcecado en el fracaso, que tie ne la desfachatez de inventar un viceministerio de la suprema felicidad, al cual le sobran aspirantes al puesto sin que nunca sus gastos, quehaceres y tropiezos aparezcan en los informes a la nación y sin que nadie reclame con rigor y autoridad tanta irresponsabilidad y alegría en el manejo de los dineros públicos, que asume como natural, y hasta obvio, que en su organigrama de funcionamiento exista un ministerio dedicado a la divulgación de la verdad verdadera y que también le sobren candidatos que se peleen para el cargo, no hay mucho que creerle. Uf.Una oración de 630 caracte res es un desafío a la paciencia de cualquiera. Son muchos los riesgos que se corren con la paciencia de los lectores, la rigurosidad del editor en funciones y hasta con los algoritmos del programa informático editorial en uso, pero el peor de todos es no expresarse con claridad, que el texto no se entienda a la primera lectura. Sin embargo, hemos llegado hasta aquí y casi reincidimos.Propensos a sucumbir a los espejismos, no aprendemos.La historia del país empezó con El Dorado y hemos sido lo suficientemente ingenuos, disparatados y persistentes que todavía, 18 años después del último gran culazo histórico creer que un militarote, mandón y analfabeta, pico de plata, además, iba a traernos la justa y equitativa distribución de la riqueza, la democracia verdadera perseguimos espejismos...

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