Odiar el patrimonio

El chavismo Âel movimiento militarista que desde hace once años gobierna Venezuela se ha encargado de inaugurar una nueva era en la definición de las políticas culturales de América Latina, la etapa que, para facilitar las cosas, podríamos denominar: Primero la ideología, después la preservación del patrimonio. O dicho de mejor manera, aunque los convenios internacionales de preservación del patrimonio cultural firmados por Venezuela y su Gobierno no establecen excepción alguna asociada a los atributos ideológicos del monumento a proteger, en la práctica, para los activistas rojos y sus autoridades, esa distinción sí existe. Como les ocurre con los golpes de Estado, para los oficialistas existe patrimonio bueno, el que es necesario conservar, y patrimonio malo o de segunda, el que se puede destruir sin que haya castigo alguno. Es lo que explica que siete años después de que el Monu mento a Colón en el Golfo Triste fuera derribado, nunca se haya procesado al grupo de camisas rojas responsable del hecho, entre quienes se encontraban unos cuantos activistas universitarios y algunos hijos de papá ministro y papá embajador. La estatua, que le fue encarga da a finales del siglo XIX al escultor Rafael de la Cova y que sin duda forma parte de los bienes que han sido declarados patrimonio cultural del país, fue objeto de un singular juicio popular. Los jueces, autodelegados como representantes del pueblo, encontraron culpable a Colón de genocidio y por tanto concluyeron, tal y como lo cuenta Wikipedia, que, para impedir que la estatua continuara siendo idolatrada por los venezolanos, era necesario echarla por tierra, pintarla de rojo para que no quedaran dudas del origen de la acción y trasladarla al Teatro Teresa Carreño para ofrecérsela como presente al presidente Hugo Chávez. Aquello ocurrió el 12 de octubre de 2004. Ahora, en marzo de 2011, el oficialismo universitario ataca de nuevo. Pero esta vez lo hace dentro del propio campus de la UCV y actúa en contra de uno de los símbolos más queridos y representativos de este recinto estudiantil: el reloj de la Plaza del Rectorado. Éste, junto con el Aula Magna, eternamente coronada por Las nubes de Calder, y el mural de Léger, en la...

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