Piscinas de la UCV con poca vigilancia y mantenimiento

Lo último que escuchó el vigilante de turno de la Universidad Central de Venezuela el viernes 13 de marzo es que en la madrugada ingresaron a las instalaciones de la piscina cerca de 50 personas a beber.No era un evento fortuito porque todos los fines de semana se escucha música en los alrededores.Ese día era un grupo de jó venes de Candelaria y la fiesta terminó con el cuerpo de Moisés Abraham Agámez Pimienta, de 18 años de edad, tendido en el suelo, mojado y sin camisa al lado de la piscina de clavados. Presuntamente murió ahogado.Aunque había un vigilante de guardia en la zona, el anuncio de que había un cuerpo ahogado al lado de la piscina lo hicieron los bomberos al Departamento de Seguridad al día siguiente en la mañana.Los vigilantes le explicaron a Denya Agámez, madre de la víctima, que los fines de semana solían ingresar jóvenes que se reunían en la plaza La Candelaria y los dejaban entrar porque algunos tenían una actitud agresiva e incluso estaban armados. Esa madrugada también los dejaron pasar con la única advertencia de que no se comieran las chucherías del cafetín, como ha ocurrido otras veces. Luego se desentendieron.Ni los vigilantes ni los ele mentos de seguridad, como el cerco eléctrico instalado el año pasado en la piscina, logran evitar que gente ajena a la universidad entre fuera del horario deportivo o académico. Niños de los barrios de Los Chaguaramos ingresan los fines de semana para bañarse y jugar en la piscina olímpica y la de clavados. En las noches jóvenes entre 15 y 20 años de edad, que vienen de Santa Mónica, Los Chaguaramos y Candelaria, ingresan con...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR