El Portugués de 1967, el equipo imposible de vencer

A los equipos que agarraba les daba por ir bien, contó José Julián Hernández con ironía. Para llegar a ese ejemplo general partió primero de uno específico: el Deportivo Portugués que dirigió en 1967, equipo que se hizo invencible en 28 partidos de aquella temporada, y conquistó el título 4 jornadas antes del final del torneo. Como la mayoría de los clu bes de esa época, se formó con extranjeros y nacionalizados; Pedrito, uno de los volantes, y Luis Zarzalejo, uno de los defensores zurdos, eran los únicos nacidos en Venezuela. El resto venía de Brasil, España o Aruba. Inicialmente, el plantel fue estructurado sin Hernández, se hizo bajo los requerimientos de un técnico de apellido Castañeda, quien cargó con la derrota en la primera jornada. Fue entonces cuando José Pereira Goncálvez, uno de los directivos, tomó la dirección del equipo antes de contratar a Batista. Entre ellos dirigieron los pri meros seis partidos hasta que supieron de la renuncia de Pepito Hernández al Galicia y lo contrataron para ocupar el banquillo que le habían ofrecido en el pasado. Llegó con un equipo armado y que para ese momento era líder del torneo. Con poder limitado para de cidir, el único gran cambio fue incluir a Zarzalejo en el once por Lucas. El resto se mantuvo intacto, comenzando por el portero Pompeia, a quien Hernández le servía un vaso de brandy la noche anterior de cada partido. Siempre he sido súper recto, pero también muy comprensivo. Y como lo conocía, antes de que cogiera una borrachera le traía un vasito. ¿Jugaba mejor así? Yo no sé si jugaba mejor con el brandy pero ¿cómo hacía? Si no, se me escapaba, dijo el técnico. Ese año, el portero brasileño jugó 28 de los 30 partidos, y fue uno de los 8 que participó en más de 80% de los encuentros. Terminaría como el segundo menos goleado. En la pizarra, Pepito Her nández repasa el esquema del equipo y coloca primero un líbero que era Bolinha, dos stoppers como Matías y Zarzalejo. Un poco más abierto a la derecha partía Valencia. Luego, otros dos hombres adelante que eran el zurdo Fagúndez y Pedrito, quienes le cubrían las espaldas a Ramos, el hombre clave de todo el andamiaje. Era polivalente, salía desde la zona ofensiva pero se movía por toda la cancha. Desde ahí, lideró la tabla de artilleros con 28 goles. El once base lo completaba el delantero Ratto, mientras Eddy y Pérez se encargaban de caer por las bandas. Si bien el técnico destaca a aquellos hombres como una máquina difícil de vencer, asegura...

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