Un príncipe sin funciones

El príncipe Felipe no tiene obligaciones, según la Constitución.Tampoco garantías.Ni funciones. Los únicos dos límites que le marca la Ley Fundamental están solventados, ya que su matrimonio no lo fue con alguien prohibido por el rey y las cortes, con lo que se mantiene como sucesor, y, al cumplir los 18 años de edad, prestó juramento a la Constitución y obediencia al rey.El príncipe podría votar por que ninguna ley se lo impide.Pero es inelegible, aunque no porque lo diga la Constitución, sino que es una excepción de la ley electoral. Es heredero de la jefatura del Estado, pero a sus 45 años de edad es su padre, el rey, quien atiende sus necesidades económicas, con lo dispuesto en los Presupuestos del Estado, que el monarca distribuye libremente. En 2013, le asignó como dotación personal y gastos de representación la mitad de las cuantías asignadas al rey, es decir, unos 350.000 euros.El jefe de la Casa del Rey, Ra fael Spottorno, lo dejó claro en sus explicaciones ante la última recaída del rey, que ha vuelto a pasar por quirófano. Las funciones del jefe de Estado no son delegables. Nadie, ni el príncipe ni nadie, puede ejercer las funciones que corresponden al rey, afirmó. La nueva intervención al monarca, hace dos semanas, también provocó que miembros de la directiva tanto del PSOE, Elena Valenciano, como del PP, Dolores de Cospedal, abrieran la puerta a regular la figura del príncipe.Días después, la posibilidad se desvaneció, y solo UPyD materializó la idea en una propuesta que obligará al Congreso a debatir sobre la regulación legal de la sucesión de la Corona y su funcionamiento.El caso es que la agenda del príncipe está repleta de audiencias, visitas, viajes, actos... pero ¿en condición de qué? El príncipe es el álter ego del rey en actuaciones coyunturales no precisada de antemano, resume el catedrático Antonio Torres del Moral, el más decidido defensor de la necesidad de que se regule la figura institucional de heredero en un estatuto jurídico.Una omisión. En 1978, los re dactores de la Constitución se preocuparon más en fijar la monarquía parlamentaria como forma de Gobierno, que en regular y reglamentar la sucesión del rey y el papel de su heredero. En el Reino Unido, el príncipe forma parte de la Cámara de los Lores aunque nunca asiste; en Bélgica, es senador; en Noruega, los herederos tienen derecho a formar parte del Consejo de Estado.En España, se puede correr el riesgo de esclerotizarlo en una posición de espera inerte y...

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